En un proceso de selección, a un joven profesional talentoso le descubren información personal que lo expone negativamente y que pone en peligro su nuevo trabajo; qué hacer para que esos datos no lo perjudiquen
La búsqueda va encaminada. El perfil del candidato reúne todas las condiciones requeridas por la empresa y su contratación es casi inminente. El problema comienza cuando un conocido sube un álbum de fotos al Facebook en el cual el joven profesional aparece etiquetado fuera de control en una fiesta. El responsable de la selección advierte esto y se plantea la disyuntiva de considerar esas fotos a la hora de evaluar al candidato.
Todos los profesionales, sean juniors o seniors, deben saber que las redes sociales son una fuente de información para los empleadores. Allí pueden descubrir el perfil, los hobbies, el entorno social, las relaciones, los contactos y las referencias profesionales de sus candidatos. Esto le permite tener una referencia más clara de las expectativas y necesidades de los profesionales.
Un estudio presentado en la 4a jornada de privacidad de datos de Microsoft entre potenciales empleadores en los Estados Unidos identificó que el 70% de los encuestados indicaron que habían descartado a un candidato sobre la base de información encontrada en Internet. Esto evidencia la importancia de la información que compartimos en la Web.
Ya es sabido que la revolución de las redes sociales y los medios 2.0 ha repercutido profundamente en la dinámica del reclutamiento y la selección de candidatos. De la mano de las nuevas herramientas tecnológicas aparecieron formatos inéditos, como entrevistas laborales vía Skype, búsqueda de recursos en Facebook, ferias virtuales de empleo y currículums en video por YouTube. En este sentido, empleadores y empleados empiezan a trazar algunas tendencias de un fenómeno que todavía se encuentra en su período de gestación.
¿Qué hacer, entonces? Existen medidas preventivas: revisar la configuración de la privacidad en Facebook, crear un perfil personal y otro profesional para no entremezclar información, explorar los resultados de búsqueda de nuestro nombre en Google, por citar algunos ejemplos. Si la empresa descubrió información indeseada, podríamos decir que el contenido es personal y que nada tiene que ver con nuestras capacidades profesionales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto puede ocurrir. Saber que estamos expuestos y actuar en consecuencia es siempre la mejor opción.
Por: Diego Kirscheunbam - Director de la consultora Capital Humano .
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