martes, 15 de septiembre de 2009

Expectativa laboral - Qué quieren los Sub 24

Según una encuesta de TNS Gallup para la Universidad de Palermo, los chicos y jóvenes se inclinan por carreras humanísticas, buscan estabilidad y tienen espíritu emprendedor.

Más orientados a carreras humanísticas que técnicas, con miedo al desempleo y con muchas ganas de trabajar por su cuenta. Así son los jóvenes argentinos según una encuesta que la Universidad de Palermo (UP) encargó a la consultora TNS Gallup. El sondeo, que abarcó 909 argentinos de 10 a 24 años de todo el país, reveló que muchos prefieren trabajar en la Argentina -aunque no descartan tener una experiencia internacional-, anteponen un trabajo estable a uno con buen clima laboral y prefieren ser su propio jefe..

En cuanto al trabajo soñado, la mayor concentración de votos se dio en las carreras relacionadas con la educación y la salud. También se observó que hay más jóvenes que quieren ser futbolistas que ingenieros, y más interesados en ser cantantes que contadores.

Si el deseo de cada joven se cumple, en el futuro habrá más empleados de oficina, comerciantes y abogados que policías, veterinarios y arquitectos. Para Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, "uno de los aspectos más interesantes de este estudio es que sólo el 6% del total opta por las carreras que pueden ser denominadas técnicas. Un 2% dice que quiere ser mecánico. Un porcentaje similar opta por informática; un uno por ciento quiere ser ingeniero y el mismo porcentaje, ingeniero agrónomo. Este último es un porcentaje muy bajo para un país en el cual el campo es vital y donde además tiene una gran importancia como generador de empleo en el concepto de cadena agroindustrial".

Fraga agregó que esta realidad corrobora la marcada opción por las carreras humanísticas, "cuando el país necesita mano de obra calificada para el trabajo industrial, técnico y agropecuario, y está faltando pese al incremento del desempleo".

Por otro lado, ni la crisis económica ni el aumento de desempleo empobrecieron el optimismo de los más jóvenes respecto de su futuro laboral. Siete de cada diez creen que conseguirán su trabajo soñado en los próximos años. Es más, el 31% no tiene dudas de que lo logrará.

Muchos de estos jóvenes pasaron la crisis de 2001 y me sorprendió que sean tan optimistas. De todos modos, varios prefieren el emprendedorismo a la relación de dependencia. Es indudable que ese dato tiene que ver con el pasado económico argentino", comenta Gabriel Foglia, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo (UP).

El académico opina que hay un delay en la comprensión de la crisis actual por parte de los más jóvenes. "Todavía no se percatan del cambio de escenario a nivel mundial. Siguen con la idea de crecimiento en la cabeza porque eso es lo que vivieron la mayor parte de su vida", agrega Foglia.

Aunque el optimismo de los jóvenes sobre la posibilidad de acceder a su trabajo ideal es muy marcado, la certidumbre se diluye a medida que van creciendo. También hay diferencias de percepción si se hace un corte socioeconómico. Mientras sólo el 61% de los jóvenes de estratos menos favorecidos cree que conseguirá el trabajo que quiere, el 80% de los sectores medios y el 73% de los sectores altos creen que lo lograrán.

Para ellos, las llaves que les permitirán acceder al trabajo que quieren son la educación y la vocación. "Los jóvenes asocian marcadamente la necesidad de una educación completa para conseguir un buen trabajo, y le recuerdan al mundo adulto la necesidad de poner foco en el sistema educativo", dice Constanza Cilley, directora de Comercio y de Investigaciones de TNS Gallup.

Entre los factores que pueden hacerlos fracasar mencionaron no haber terminado los estudios o que no haya trabajo. El 15% cree que no podrá trabajar en lo que le gusta porque para hacerlo "se necesita mucha plata".

"Confío en mi perseverancia en el estudio, pero sé que la carrera es difícil, larga, y que el porcentaje de estudiantes que consiguen la licenciatura es significativamente inferior al de los que inician la carrera porque las exigencias son altas y las limitaciones, muchas", explica Daniela Paolini, estudiante de 21 años de la carrera de Letras en la Universidad de Buenos Aires.

La joven se considera "medianamente optimista" sobre la posibilidad de encontrar un trabajo acorde con sus deseos. "Mi carrera me capacita para ámbitos diversos que pienso ir descubriendo en su transcurso. Idealmente, sin pensar en remuneración, me gustaría realizar trabajos de investigación en el Conicet. Entre otras cosas, también podría ser profesora de literatura, crítica literaria o trabajar en una editorial", agrega.

Un trabajo estable

Hijos de su realidad, el temor a la falta de dinero y al desempleo marca las opiniones de los jóvenes. Por eso, a la hora de buscar empleo, la mayoría apostará a un trabajo en el que se le pague bien y sea estable. Sólo después se fijarán en que la tarea les permita sentirse satisfechos o que el ambiente laboral sea agradable.

"Percibir un buen salario para evitar preocuparse por temas de dinero es una tendencia que crece entre los jóvenes de mayor edad. El tema de la realización personal aparece mayormente en la clase alta y en la Capital", señala el estudio.

Alejandro Vázquez, de 21 años y estudiante de la Licenciatura en Administración y Sistemas del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), es de los que apuntan hacia el buen clima. Al buscar trabajo, el joven priorizará las empresas que le brinden aprendizaje y un ambiente amigable. "Obviamente, el factor económico también influye mucho, pero si no existe la necesidad, está como tercera prioridad", aclara.

Mejor, en la Argentina

Los jóvenes rescatan la cultural local a la hora de trabajar. El 70% prefiere trabajar en una compañía nacional. "La preferencia por empresas extranjeras aumenta a medida que crece el nivel socioeconómico. Se observa además una mayor predisposición a trabajar en firmas foráneas en los jóvenes residentes de la Capital si se compara con los del resto del país", según el informe.

La mayoría también quiere trabajar en el país, aunque muchos proyectan un experiencia en el extranjero. "No es un dato menor que aproximadamente cuatro de cada 10 jóvenes residentes en la Capital preferirían trabajar fuera del país", destacó Cilley.

Tal es el caso de Paolini. "Quisiera trabajar en la Argentina, pero me veo, aunque sea por un tiempo, haciéndolo en el exterior, como experiencia personal de capacitación. Tengo la creencia de que si consiguiera un buen trabajo en el exterior, las condiciones laborales serían mejores que las de acá", opinó.

En cuanto al sector, casi la mitad de los jóvenes prefiere el privado, mientras que al 35% le gustaría trabajar para el Estado.

Emprendedores

Otra característica de las nuevas generaciones es su perfil cuentapropista. El 64% de los jóvenes mayores prefiere emprender un proyecto por su cuenta. Sólo un 30% quiere trabajar en relación de dependencia.

"Tienen muy incorporado el concepto de lo instantáneo. Ese es uno de los motivos por los que a las grandes empresas les cuesta tanto venderles un proyecto de carrera a largo plazo. No se ven durante 10 o 15 años en el mismo lugar. Buscan oportunidades a cada momento y no tienen mucha paciencia", opinó Foglia.

"Prefiero emprender algo por mi cuenta, porque eso permite tener un poco más de libertad y manejar los propios tiempos", afirma Santiago Lubertino, de 20 años, y estudiante de segundo año de la Licenciatura en Management orientado a entretenimientos y medios, en UP. Su trabajo ideal sería como productor o administrador en una empresa internacional.

Algunos jóvenes se proponen un esquema mixto. "Me encantaría desarrollar mi emprendimiento porque realmente es construir mi camino. Pero no descarto la posibilidad de empezar a trabajar en una empresa cuando me reciba, principalmente por necesidad, y además porque la experiencia suma muchísimo para luego emprender algo con éxito", señala Vázquez.

Por su parte, Graciela Filippi, consultora, docente de la cátedra de Psicología del Trabajo de la Facultad de Psicología de la UBA y vicedecana de esa facultad, expresa: "En mi tesis doctoral sobre el significado y el valor del trabajo pregunté a la gente qué haría si ganara la lotería. La mayoría dice que no dejaría de trabajar, pero cambiaría las condiciones. Principalmente quiere trabajar menos horas y ser su dueño. La búsqueda de la autorrealización y satisfacción en el trabajo tiene que ver con mandarse".

Filippi descubrió esta tendencia por primera vez en un estudio que realizó en 1998. La académica agrega que para los baby boomers el ideal era trabajar en una empresa de prestigio. Eso cambió porque el pleno empleo se acabó y una salida para las personas es organizar su destino. "Cuando los jóvenes dicen que quieren un trabajo estable y señalan su preferencia por el autoemprendimiento están linkeando las dos cosas. Pero en un mercado en crisis, lo propio también es inestable", concluye.

Por: Marilina Esquivel - Para LA NACION

No hay comentarios: