En estos momentos, una de las alternativas para buscar trabajo es Internet. La Red ofrece nuevas posibilidades de comunicación, de conocimiento y de ocio, pero también de negocio y de promoción profesional.
A través de las redes sociales (generales o profesionales), de las páginas personales, de los blogs, foros de opinión o de los mismos buscadores, las empresas buscan a los futuros candidatos. Nadie está exento de ser encontrado en Internet.
En este sentido, la Red está siendo muy útil para las empresas, no solo para reclutar futuros trabajadores, sino también para descubrir las intimidades y los posibles puntos flacos que los usuarios dejan al descubierto en Internet. Así pues, los métodos tradicionales han dado paso a las webs 2.0, una fórmula perfecta para establecer contactos y una fuente de información impagable.
Para las empresas es tan fácil como escribir el nombre del candidato en la barra del buscador para que este muestre en menos de un segundo toda la información existente en el mundo virtual. ¿Cómo es posible? Un buscador como Google indexa los datos que están recogidos en páginas de terceros, de manera que si, por ejemplo, se ha cometido un delito y un boletín oficial publica información referida a personas que se hayan visto implicadas en el mismo, el nombre de la persona aparecerá en el buscador y, por ende, toda la información relacionada. Esta tarea la realizan unos robots del propio buscador, que indexan todas las páginas web.
Los profesionales también llevan a cabo búsquedas de perfiles a través de las redes sociales, las plataformas de comunicación personales más utilizadas en todo el mundo. Redes sociales generalistas como Facebook ya cuentan con más de 500 millones de usuarios, y LinkedIn, una de las más extendidas a nivel profesional, ya tiene 70 millones de registrados. Con estos datos, las empresas tienen a su disposición un universo de datos y de información muy útil de cara al reclutamiento de profesionales.
En la búsqueda de empleo o de candidato, las webs 2.0 tienen ventajas respecto de los medios tradicionales de búsqueda de trabajo. Por ejemplo: el alcance de las redes sociales profesionales permite conocer candidatos con perfiles específicos de todo el mundo, establecer un vínculo estable con profesionales del sector o disponer de información actualizada de los usuarios. Aun así, los peligros de la Red continúan existiendo, y muchas veces se cometen errores que ponen en riesgo la propia identidad.
Las redes sociales profesionales o generales no dejan de ser formas de interacción social, espacios en los que los usuarios vierten opiniones, información personal, gustos o preferencias. Por eso no se tiene que publicar en el perfil toda la información personal abiertamente. Se debe actuar con sentido común y tener cuidado con lo que se escribe. En el caso de las redes verticales, donde el principal objetivo es la selección de personal y los contactos profesionales, se debe ser especialmente cauto, ya que el futuro profesional está en juego.
Aunque los múltiples servicios permiten configurar los perfiles personales según grados de privacidad, las empresas 2.0 son depositarias de grandes cantidades de datos personales; por tanto, es conveniente conocer sus políticas de privacidad. Muchos usuarios de Internet desconocen aún cómo actuar en la Red y, por tanto, cómo gestionar los datos personales.
La falta de hábitos y el desconocimiento hacen que no se sea consciente de lo que se cuelga en la Red y de hasta qué punto puede perjudicar. No solo las fotografías, sino también los comentarios, vídeos o declaraciones. Se recomienda tener un perfil sobrio y no incluir fotos demasiado comprometidas y, sobre todo, que no se etiqueten imágenes sin consentimiento. Tener cuidado del aspecto físico a la hora de ir a una entrevista personal tiene el mismo valor que el perfil virtual. Además, muchas empresas buscan los candidatos por Internet, prácticando lo que se llama googling. Por este motivo, la mejor manera de actuar es la precaución, ya que una vez los datos se han publicado, ya no podemos hacer nada al respecto: el alcance y la difusión son infinitos.
En el caso de las redes sociales, no todas son iguales. Principalmente en las redes profesionales, los usuarios, por ejemplo, interactúan o gestionan la información siguiendo distintos parámetros. Otro rasgo diferenciador es la selección de contactos: agregar deliberadamente todos los contactos que lo soliciten no es lo más adecuado. La pauta es aceptar y añadir las amistades con coherencia y no mezclar los contactos personales y los profesionales en una misma lista. Uno mismo se tiene que preguntar qué haría en una situación parecida en el mundo real: ¿daría el número de teléfono a todos sus contactos? ¿Mostraría las fotos de la familia de vacaciones a su jefe? La intimidad es un valor irrenunciable, y los datos personales, una cualidad inherente al individuo que le acompaña durante toda su existencia. Internet es un escaparate que puede dejar al descubierto, si el usuario no toma precauciones, toda su vida. -
Por: Esther Mitjans i Perelló es directora de la Agència Catalana de Protecció de Dades.
A través de las redes sociales (generales o profesionales), de las páginas personales, de los blogs, foros de opinión o de los mismos buscadores, las empresas buscan a los futuros candidatos. Nadie está exento de ser encontrado en Internet.
En este sentido, la Red está siendo muy útil para las empresas, no solo para reclutar futuros trabajadores, sino también para descubrir las intimidades y los posibles puntos flacos que los usuarios dejan al descubierto en Internet. Así pues, los métodos tradicionales han dado paso a las webs 2.0, una fórmula perfecta para establecer contactos y una fuente de información impagable.
Para las empresas es tan fácil como escribir el nombre del candidato en la barra del buscador para que este muestre en menos de un segundo toda la información existente en el mundo virtual. ¿Cómo es posible? Un buscador como Google indexa los datos que están recogidos en páginas de terceros, de manera que si, por ejemplo, se ha cometido un delito y un boletín oficial publica información referida a personas que se hayan visto implicadas en el mismo, el nombre de la persona aparecerá en el buscador y, por ende, toda la información relacionada. Esta tarea la realizan unos robots del propio buscador, que indexan todas las páginas web.
Los profesionales también llevan a cabo búsquedas de perfiles a través de las redes sociales, las plataformas de comunicación personales más utilizadas en todo el mundo. Redes sociales generalistas como Facebook ya cuentan con más de 500 millones de usuarios, y LinkedIn, una de las más extendidas a nivel profesional, ya tiene 70 millones de registrados. Con estos datos, las empresas tienen a su disposición un universo de datos y de información muy útil de cara al reclutamiento de profesionales.
En la búsqueda de empleo o de candidato, las webs 2.0 tienen ventajas respecto de los medios tradicionales de búsqueda de trabajo. Por ejemplo: el alcance de las redes sociales profesionales permite conocer candidatos con perfiles específicos de todo el mundo, establecer un vínculo estable con profesionales del sector o disponer de información actualizada de los usuarios. Aun así, los peligros de la Red continúan existiendo, y muchas veces se cometen errores que ponen en riesgo la propia identidad.
Las redes sociales profesionales o generales no dejan de ser formas de interacción social, espacios en los que los usuarios vierten opiniones, información personal, gustos o preferencias. Por eso no se tiene que publicar en el perfil toda la información personal abiertamente. Se debe actuar con sentido común y tener cuidado con lo que se escribe. En el caso de las redes verticales, donde el principal objetivo es la selección de personal y los contactos profesionales, se debe ser especialmente cauto, ya que el futuro profesional está en juego.
Aunque los múltiples servicios permiten configurar los perfiles personales según grados de privacidad, las empresas 2.0 son depositarias de grandes cantidades de datos personales; por tanto, es conveniente conocer sus políticas de privacidad. Muchos usuarios de Internet desconocen aún cómo actuar en la Red y, por tanto, cómo gestionar los datos personales.
La falta de hábitos y el desconocimiento hacen que no se sea consciente de lo que se cuelga en la Red y de hasta qué punto puede perjudicar. No solo las fotografías, sino también los comentarios, vídeos o declaraciones. Se recomienda tener un perfil sobrio y no incluir fotos demasiado comprometidas y, sobre todo, que no se etiqueten imágenes sin consentimiento. Tener cuidado del aspecto físico a la hora de ir a una entrevista personal tiene el mismo valor que el perfil virtual. Además, muchas empresas buscan los candidatos por Internet, prácticando lo que se llama googling. Por este motivo, la mejor manera de actuar es la precaución, ya que una vez los datos se han publicado, ya no podemos hacer nada al respecto: el alcance y la difusión son infinitos.
En el caso de las redes sociales, no todas son iguales. Principalmente en las redes profesionales, los usuarios, por ejemplo, interactúan o gestionan la información siguiendo distintos parámetros. Otro rasgo diferenciador es la selección de contactos: agregar deliberadamente todos los contactos que lo soliciten no es lo más adecuado. La pauta es aceptar y añadir las amistades con coherencia y no mezclar los contactos personales y los profesionales en una misma lista. Uno mismo se tiene que preguntar qué haría en una situación parecida en el mundo real: ¿daría el número de teléfono a todos sus contactos? ¿Mostraría las fotos de la familia de vacaciones a su jefe? La intimidad es un valor irrenunciable, y los datos personales, una cualidad inherente al individuo que le acompaña durante toda su existencia. Internet es un escaparate que puede dejar al descubierto, si el usuario no toma precauciones, toda su vida. -
Por: Esther Mitjans i Perelló es directora de la Agència Catalana de Protecció de Dades.
Fuente: Diario El País - España
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