Ideas creativas hay muchas. Pero no todas pueden convertirse en innovaciones exitosas en el mercado. Veamos un marco de análisis para el difícil tránsito desde la creatividad hacia la innovación...
Un buen día, el propietario del restaurante barilochense donde trabajaba Javier le manifestó su voluntad de jubilarse.
El joven, que buscaba la oportunidad de independizarse, llamó a su padre en Buenos Aires:
"Papá, tras varios años de trabajo en el restaurante he llegado a conocer muy bien el negocio. Ahora que mi jefe quiere desprenderse de él, he pensado en comprárselo y convertirlo en un espacio de comida exótica y sofisticada. Sin embargo, antes de decidir, quería saber tu opinión".
"Me alegra que hayas decidido dar este paso", repuso el padre, "parece una idea creativa. Pero dejame pensarlo un poco. Es un proyecto de cierta envergadura y debemos evaluar cuidadosamente la factibilidad de su ejecución".
El padre, un experimentado consultor de negocios, desempolvó el modelo de Jeffry Timmons, profesor de la Universidad de Babson, para orientarse en el tránsito desde la creatividad a la innovación.
En efecto, incluso la idea más creativa es vana si no puede convertirse en un proyecto ejecutable.
Precisamente, el modelo de Timmons ofrece un marco para evaluar el tránsito desde la incertidumbre hacia el riesgo medible, del diseño analítico al prototipo para finalmente pensar en la comercialización del producto al cliente.
Insomne, a las cuatro de la madrugada, el padre abrió su notebook y escribió un email a su hijo, un email con preguntas inspiradas en los tres elementos del modelo de Timmons: la oportunidad, los recursos y el equipo emprendedor.
Encontrando respuestas a estos interrogantes, su hijo tendría una guía de recopilación de información para validar su idea (o descartarla).
Primer paso: oportunidad
¿La idea es realmente una oportunidad? ¿Existe un mercado sostenible? ¿Cuál es el tamaño y la estructura del mercado?
¿Sé cómo mantener el valor existente y agregar valor? ¿Tengo información sobre la competencia? ¿Cuento con ventajas competitivas?
¿Es el momento adecuado para ejecutar la idea? ¿Tengo una proyección sobre cuándo recuperaré la inversión inicial? ¿Conozco y puedo medir el riesgo?
Segundo paso: recursos
Más allá de las obvias necesidades de financiamiento, ¿cuento con los recursos necesarios para llevar la idea adelante?
¿Tengo el conocimiento necesario para administrar esta clase de negocio? ¿Cuento con la información suficiente?
¿El plazo de tiempo disponible es suficiente? ¿Tengo la red de contactos necesaria? ¿Conozco a los proveedores clave de este tipo de emprendimiento?
Tercer paso: equipo
¿Cuento con el equipo necesario para llevar adelante la idea? ¿Cuento con personas que me provean asesoría, información, contención y apoyo?
¿Cuento con una infraestructura de comunicación fluida con las personas necesarias? ¿El equipo tiene la experiencia técnica necesaria?
En definitiva, hasta la idea más creativa del mundo caerá en saco roto si el emprendedor carece de las herramientas para evaluar su viabilidad y avanzar hacia su ejecución.
Y, en este contexto, el modelo de Timmons ofrece un buen marco para el tránsito desde la creatividad hacia la innovación.
Fuente: Materiabiz
Un buen día, el propietario del restaurante barilochense donde trabajaba Javier le manifestó su voluntad de jubilarse.
El joven, que buscaba la oportunidad de independizarse, llamó a su padre en Buenos Aires:
"Papá, tras varios años de trabajo en el restaurante he llegado a conocer muy bien el negocio. Ahora que mi jefe quiere desprenderse de él, he pensado en comprárselo y convertirlo en un espacio de comida exótica y sofisticada. Sin embargo, antes de decidir, quería saber tu opinión".
"Me alegra que hayas decidido dar este paso", repuso el padre, "parece una idea creativa. Pero dejame pensarlo un poco. Es un proyecto de cierta envergadura y debemos evaluar cuidadosamente la factibilidad de su ejecución".
El padre, un experimentado consultor de negocios, desempolvó el modelo de Jeffry Timmons, profesor de la Universidad de Babson, para orientarse en el tránsito desde la creatividad a la innovación.
En efecto, incluso la idea más creativa es vana si no puede convertirse en un proyecto ejecutable.
Precisamente, el modelo de Timmons ofrece un marco para evaluar el tránsito desde la incertidumbre hacia el riesgo medible, del diseño analítico al prototipo para finalmente pensar en la comercialización del producto al cliente.
Insomne, a las cuatro de la madrugada, el padre abrió su notebook y escribió un email a su hijo, un email con preguntas inspiradas en los tres elementos del modelo de Timmons: la oportunidad, los recursos y el equipo emprendedor.
Encontrando respuestas a estos interrogantes, su hijo tendría una guía de recopilación de información para validar su idea (o descartarla).
Primer paso: oportunidad
¿La idea es realmente una oportunidad? ¿Existe un mercado sostenible? ¿Cuál es el tamaño y la estructura del mercado?
¿Sé cómo mantener el valor existente y agregar valor? ¿Tengo información sobre la competencia? ¿Cuento con ventajas competitivas?
¿Es el momento adecuado para ejecutar la idea? ¿Tengo una proyección sobre cuándo recuperaré la inversión inicial? ¿Conozco y puedo medir el riesgo?
Segundo paso: recursos
Más allá de las obvias necesidades de financiamiento, ¿cuento con los recursos necesarios para llevar la idea adelante?
¿Tengo el conocimiento necesario para administrar esta clase de negocio? ¿Cuento con la información suficiente?
¿El plazo de tiempo disponible es suficiente? ¿Tengo la red de contactos necesaria? ¿Conozco a los proveedores clave de este tipo de emprendimiento?
Tercer paso: equipo
¿Cuento con el equipo necesario para llevar adelante la idea? ¿Cuento con personas que me provean asesoría, información, contención y apoyo?
¿Cuento con una infraestructura de comunicación fluida con las personas necesarias? ¿El equipo tiene la experiencia técnica necesaria?
En definitiva, hasta la idea más creativa del mundo caerá en saco roto si el emprendedor carece de las herramientas para evaluar su viabilidad y avanzar hacia su ejecución.
Y, en este contexto, el modelo de Timmons ofrece un buen marco para el tránsito desde la creatividad hacia la innovación.
Fuente: Materiabiz
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