Una persona que realice 30 minutos al día de actividad física moderada tiene mayor resistencia al estrés, la autoestima más alta, mejor calidad de sueño y menor dolor de espalda. Una mejor forma física disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y osteomusculares. En el caso de las personas en edad laboral, gana el trabajador, pero también la empresa. Un estudio de la Fundación La Caixa destaca que la conciliación laboral y deportiva podría ahorrar 600 euros anuales a la empresa.
'El cerebro funciona mejor', asegura María Martín, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y una de las autoras del estudio Deporte, salud y calidad de vida de La Caixa. Pero hay otros aspectos que la empresa no debería pasar por alto; fundamentalmente que el deporte potencia el deseo de superación, la cooperación, la dosificación del esfuerzo, el respeto o la competitividad constructiva. De ahí, la necesidad de que la empresa se implique, facilitando la conciliación de la vida laboral y deportiva. 'Podría evitar bajas laborales y aumentar el rendimiento y la productividad', insiste esta profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte/INEF.
Algunos especialistas apuntan que es mucho más económico facilitar la práctica deportiva que hacer frente a los gastos sanitarios que supone atender las enfermedades ocasionadas por el sedentarismo. Las enfermedades cardio y cerebrovasculares, la primera causa de mortalidad en los países desarrollados, provocan en España alrededor de 130.000 muertes al año, según datos del INE de 2006. Son las dolencias músculo-esqueléticas, sin embargo, la principal causa de las bajas laborales -suponen cerca del 85% de enfermedades profesionales que cubre nuestro sistema de seguridad social-.
Jerónimo Maqueda, director de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III, destaca que el crecimiento del sector servicios y la utilización de nuevas tecnologías en la industria ha hecho que los factores de riesgos ergonómicos, relacionados con la postura de trabajo, tengan una mayor incidencia en la sociedad del trabajo que otros factores como los químicos, físicos o biológicos.
Grandes males a los que hay que añadir otras enfermedades implantadas en la sociedad, como la diabetes tipo 2, hipertensión, cáncer de colon y de mama en las mujeres. Sin contar con la depresión o la obesidad (el coste que originan los problemas de salud ocasionados por la obesidad y el sobrepeso supone el 7% del presupuesto destinado a Sanidad).
Para esta experta es importante transmitir la idea de que el ejercicio no sólo es bueno para el trabajador, también para la empresa. El estudio recoge que el 44,3% de los cuadros medios-altos y el 28,9% de los obreros ocupados practica deporte. El problema es que no son muchas las empresas que fomentan la práctica deportiva. Los especialistas coinciden en los beneficios de instalar pequeños gimnasios en sus instalaciones con la misma filosofía que los comedores y guarderías. La Ciudad Financiera del Banco Santander en Boadilla del Monte (Madrid) es un modelo. Facilitar el acceso a instalaciones deportivas próximas al trabajo es otra opción.
Existe el inconveniente de que los españoles pasan muchas horas en el trabajo y en dos de cada tres casos se trata de ocupaciones sedentarias. 'No se necesita contar una sala de fitness espectacular', precisa María Martín. 'Intercalar ejercicios físicos sencillos durante las pausas en el trabajo, el desarrollo de escuelas de espalda, etc. son iniciativas que tienen una alta rentabilidad preventiva', añade Jerónimo Maqueda.
En Ibermutuamur han diseñado un plan de investigación cardiovascular, con el que están enseñando a sus trabajadores protegidos (1,5 millones) a incorporar el ejercicio físico al medio laboral. Duran cuatro semanas y son muy sencillos, observa Eva Calvo, jefa de Proyectos Sanitarios de Ibermutuamur. Tanto como aparcar el coche un poco más lejos o subir y bajar escaleras.
150 minutos de ejercicio semanal
'El cerebro funciona mejor', asegura María Martín, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y una de las autoras del estudio Deporte, salud y calidad de vida de La Caixa. Pero hay otros aspectos que la empresa no debería pasar por alto; fundamentalmente que el deporte potencia el deseo de superación, la cooperación, la dosificación del esfuerzo, el respeto o la competitividad constructiva. De ahí, la necesidad de que la empresa se implique, facilitando la conciliación de la vida laboral y deportiva. 'Podría evitar bajas laborales y aumentar el rendimiento y la productividad', insiste esta profesora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte/INEF.
Algunos especialistas apuntan que es mucho más económico facilitar la práctica deportiva que hacer frente a los gastos sanitarios que supone atender las enfermedades ocasionadas por el sedentarismo. Las enfermedades cardio y cerebrovasculares, la primera causa de mortalidad en los países desarrollados, provocan en España alrededor de 130.000 muertes al año, según datos del INE de 2006. Son las dolencias músculo-esqueléticas, sin embargo, la principal causa de las bajas laborales -suponen cerca del 85% de enfermedades profesionales que cubre nuestro sistema de seguridad social-.
Jerónimo Maqueda, director de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III, destaca que el crecimiento del sector servicios y la utilización de nuevas tecnologías en la industria ha hecho que los factores de riesgos ergonómicos, relacionados con la postura de trabajo, tengan una mayor incidencia en la sociedad del trabajo que otros factores como los químicos, físicos o biológicos.
Grandes males a los que hay que añadir otras enfermedades implantadas en la sociedad, como la diabetes tipo 2, hipertensión, cáncer de colon y de mama en las mujeres. Sin contar con la depresión o la obesidad (el coste que originan los problemas de salud ocasionados por la obesidad y el sobrepeso supone el 7% del presupuesto destinado a Sanidad).
Para esta experta es importante transmitir la idea de que el ejercicio no sólo es bueno para el trabajador, también para la empresa. El estudio recoge que el 44,3% de los cuadros medios-altos y el 28,9% de los obreros ocupados practica deporte. El problema es que no son muchas las empresas que fomentan la práctica deportiva. Los especialistas coinciden en los beneficios de instalar pequeños gimnasios en sus instalaciones con la misma filosofía que los comedores y guarderías. La Ciudad Financiera del Banco Santander en Boadilla del Monte (Madrid) es un modelo. Facilitar el acceso a instalaciones deportivas próximas al trabajo es otra opción.
Existe el inconveniente de que los españoles pasan muchas horas en el trabajo y en dos de cada tres casos se trata de ocupaciones sedentarias. 'No se necesita contar una sala de fitness espectacular', precisa María Martín. 'Intercalar ejercicios físicos sencillos durante las pausas en el trabajo, el desarrollo de escuelas de espalda, etc. son iniciativas que tienen una alta rentabilidad preventiva', añade Jerónimo Maqueda.
En Ibermutuamur han diseñado un plan de investigación cardiovascular, con el que están enseñando a sus trabajadores protegidos (1,5 millones) a incorporar el ejercicio físico al medio laboral. Duran cuatro semanas y son muy sencillos, observa Eva Calvo, jefa de Proyectos Sanitarios de Ibermutuamur. Tanto como aparcar el coche un poco más lejos o subir y bajar escaleras.
150 minutos de ejercicio semanal
Para los expertos es importante transmitir la idea de que para estar en forma no hace falta correr la maratón. Según el consenso de la organización americana USDHHS, 150 minutos a la semana de actividad física de intensidad moderada (10 minutos de pasear al perro, otros 10 de ir a comprar el periódico y así hasta sumar el objetivo) o 90 minutos de intensidad vigorosa son suficientes (mejor si se combina ejercicio aeróbico, de fuerza y de flexibilidad).
En cualquier caso, Jerónimo Maqueda advierte que la pauta del ejercicio físico debe ser regulada por personal cualificado. Destaca el 'gran valor' del médico del trabajo, tanto para el trabajador como para el empresario.
Eva Calvo recuerda que lo ideal es que el ejercicio esté ajustado al perfil del trabajador, 'si tiene riesgo cardiovascular, requiere supervisión médica o técnica'. El plan de investigación cardiovascular de Ibermutuamur actúa en la prevención de unas enfermedades que producen el 15% de los costes sanitarios totales, el 14% de la productividad perdida por mortalidad prematura y tienen una estrecha relación con la siniestralidad laboral grave.
A los trabajadores que acuden periódicamente al reconocimiento médico de la mutua se les entrega un informe de riesgo cardiovascular, con consejos dietéticos y orientación sobre la incorporación de la práctica de ejercicio a la vida laboral. Este plan obtuvo el año pasado el premio Estrategia NAOS, que concede el Ministerio de Sanidad y Consumo.
Una de sus iniciativas es el manual Estilos de vida cardiosaludable, que se descarga desde la página web (www.ibermutuamur.es) y que, según la mutua, pretende ser una guía práctica para dar a conocer las pautas de vida saludable y promover la salud de los trabajadores.
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