Ahora se verá qué firmas habían tomado el asunto como una mera cuestión de marketing
Las presiones de los directores de empresas para disminuir costos y reducir presupuestos en el actual panorama de desaceleración económica amenazan con hacer tambalear los planes de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y el grado de caída dependerá en buena medida de qué tan arraigado esté el concepto al plan de negocios.
La actual recesión económica servirá para blanquear el grado de compromiso de las distintas compañías con la sociedad diferenciando a aquellas que han desarrollado la responsabilidad social como parte esencial del negocio de las que sólo la han explotado de forma superficial como una estrategia de marketing.
"La empresa que sólo piensa en RSE como un gasto y simplifica el concepto a una donación o una tarea comunitaria está condenada a cerrar la canilla y suspender sus acciones en tiempos de crisis", enfatiza Eduardo Shaw, director gerente de Deres, organización pionera en la promoción local de la RSE.
Sin embargo, las que van más allá de una acción social espontánea y tienen un grado de constancia y madurez en la implementación de políticas socialmente responsables difícilmente puedan suspender sus inversiones en el área, ya que lo tienen asimilado como una parte esencial del negocio.
En ese sentido, la crisis podría tener dos efectos; terminar de liquidar acciones tímidas o potenciar aun más la RSE, ya que la sociedad ejercerá presión al visualizar quién es responsable y quién no. "Las empresas que hace tiempo están ensayando la RSE tendrán el desafío de demostrar en este momento que están comprometidos con el tema y siguen apostando a su desarrollo", arguyó el experto.
En Uruguay la mayoría de las empresas se encuentra en una etapa de "desarrollo primario" de su responsabilidad social, recién incorporando este concepto al modelo de negocios, lo que resulta positivo pero no del todo sólido para evitar algún tipo de recortes.
Así las cosas, el desafío de las firmas es, según Shaw, disminuir montos de inversión mediante la elaboración de "programas creativos", que apuesten al ingenio, no requieran tanta inversión y obtengan los mismos resultados comunitarios.
Alianzas estratégicas (que incolucren a proveedores, clientes o empresas del rubro), tutorear proyectos de ONG`s, poner a disposición a un equipo de marketing para la comunicación de una organización social e involucrar activamente al personal son algunas de las alternativas para optimizar los recursos de la empresa.
El recorte en la inversión de RSE sobre las distintas áreas (principios y valores éticos, apoyo a la comunidad, protección del medio ambiente, calidad de vida laboral y marketing responsable) dependerá de los objetivos de negocio.
Pese a esto se puede esperar que las acciones de tipo medioambiental que requieran grandes inversiones, junto a las políticas internas relacionadas con recursos humanos -en un entorno de despidos y reducción de costos laborales- sean de las áreas más afectadas de la RSE.
Las presiones de los directores de empresas para disminuir costos y reducir presupuestos en el actual panorama de desaceleración económica amenazan con hacer tambalear los planes de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y el grado de caída dependerá en buena medida de qué tan arraigado esté el concepto al plan de negocios.
La actual recesión económica servirá para blanquear el grado de compromiso de las distintas compañías con la sociedad diferenciando a aquellas que han desarrollado la responsabilidad social como parte esencial del negocio de las que sólo la han explotado de forma superficial como una estrategia de marketing.
"La empresa que sólo piensa en RSE como un gasto y simplifica el concepto a una donación o una tarea comunitaria está condenada a cerrar la canilla y suspender sus acciones en tiempos de crisis", enfatiza Eduardo Shaw, director gerente de Deres, organización pionera en la promoción local de la RSE.
Sin embargo, las que van más allá de una acción social espontánea y tienen un grado de constancia y madurez en la implementación de políticas socialmente responsables difícilmente puedan suspender sus inversiones en el área, ya que lo tienen asimilado como una parte esencial del negocio.
En ese sentido, la crisis podría tener dos efectos; terminar de liquidar acciones tímidas o potenciar aun más la RSE, ya que la sociedad ejercerá presión al visualizar quién es responsable y quién no. "Las empresas que hace tiempo están ensayando la RSE tendrán el desafío de demostrar en este momento que están comprometidos con el tema y siguen apostando a su desarrollo", arguyó el experto.
En Uruguay la mayoría de las empresas se encuentra en una etapa de "desarrollo primario" de su responsabilidad social, recién incorporando este concepto al modelo de negocios, lo que resulta positivo pero no del todo sólido para evitar algún tipo de recortes.
Así las cosas, el desafío de las firmas es, según Shaw, disminuir montos de inversión mediante la elaboración de "programas creativos", que apuesten al ingenio, no requieran tanta inversión y obtengan los mismos resultados comunitarios.
Alianzas estratégicas (que incolucren a proveedores, clientes o empresas del rubro), tutorear proyectos de ONG`s, poner a disposición a un equipo de marketing para la comunicación de una organización social e involucrar activamente al personal son algunas de las alternativas para optimizar los recursos de la empresa.
El recorte en la inversión de RSE sobre las distintas áreas (principios y valores éticos, apoyo a la comunidad, protección del medio ambiente, calidad de vida laboral y marketing responsable) dependerá de los objetivos de negocio.
Pese a esto se puede esperar que las acciones de tipo medioambiental que requieran grandes inversiones, junto a las políticas internas relacionadas con recursos humanos -en un entorno de despidos y reducción de costos laborales- sean de las áreas más afectadas de la RSE.
Por: Gastón Pérgola - Fuente: Diario El País - Uruguay
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