Muchas veces escuchamos decir que las acciones mueven el mundo en el que vivimos.
Pero, ¿que es lo que mueve a las acciones? La respuesta nos dice que, sin duda, son las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos, nuestros pensamientos y actitudes que adoptamos. Resulta evidente que no hacemos las mismas cosas desde una actitud de generosidad y confianza, que desde la escasez y la desconfianza.
Y a medida que vamos observando y evaluando las consecuencias que surgen entre nuestros pensamientos y sus consiguientes acciones, llegamos a la conclusión de que podemos construir nuestro destino, simplemente eligiendo y cultivando una actitud de excelencia.
La actitud es algo que podemos cultivar e influir. Algo que empieza a depender de cada uno de nosotros en la medida en que nos devenimos progresivamente mas conscientes. El cambio de vida es un derecho universal que podemos ejercer. Lo que somos hoy en todos los niveles, bien sea en el profesional y económico, bien en el aspecto afectivo o bien en el estilo general de vida, aunque nos cueste creerlo, es justamente lo que un día imaginamos que llegaríamos a ser. Si nos podemos reinventar dentro, veremos como se transforma el afuera.
Conviene mantenernos conscientes de la actitud que ocultamos tras nuestras palabras. Un enfoque de cooperación trae cooperación. Un enfoque de servicio a la vida, trae vida. Si observamos que la posicion egoísta y negativa está muy arraigada, indaguemos en nuestra mente y ensanchemos la conciencia.
¿En que enfoque decidimos instalarnos hoy en nuestra vida? Un día es toda una vida y, en consecuencia, merece la pena que elijamos como vivirla. La actitud que elijamos cada día, impregnara la atmósfera en la que vivimos. Lo importante es que nos acordemos a lo largo del día que actitud hemos elegido tener. Pudiendo observar que esta manera de recordarnos a nosotros mismos permite no olvidarnos que la vida es mucho mas que resolver las necesidades de nuestro organismo físico y social. El punto de Infinitud comienza a estar en nuestras manos. Y eso merece nuestra mas profunda atencion.
Por: Mariano Vazquez - Intercoach
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