domingo, 3 de enero de 2010

Cómo adaptar las empresas a la Generación Y

"No se adapta al sistema de trabajo que tenemos instituido hace años"; "pretende trabajar como se le da la gana"; "su informalidad es contraria a la cultura de la organización"; "no llego a entender bien qué lo motiva"; "todo el tiempo chateando ¡y yo quiero que trabaje!". Si usted es una persona del mundo del trabajo, estas frases no le resultarán extrañas, ya que se han convertido en moneda corriente en los últimos años.

La irrupción de una nueva generación de trabajadores, identificada como nativo-digitales o Generación Y ha producido un generalizado cortocircuito, en especial en las áreas de Recursos Humanos, responsables de diseñar perfiles de búsqueda y satisfacer requerimientos internos de otras áreas de la compañía. Como resultado, el proceso de reclutamiento se ha vuelto ineficiente como mínimo, y frustrante o desconcertante en el peor de los casos. Vale la pena explorar algunas de las características de estos nuevos trabajadores.

Los nativo-digitales son personas que nacieron entre mediados de la década del 70 y mediados de la del 90 (hay variaciones según autores), y que comenzaron a incorporarse al mundo de trabajo hacia fines de los 90 y principio de este lustro. Estos individuos crecieron rodeados de un entorno tecnológico.

Don Tapscott publicó, en 1997, el libro Growing up digital: the rise of the net generation [El aumento de la generación digital], donde menciona algunas de las características de estos individuos. Sostiene que al crecer y desarrollarse en un ambiente de interconectividad, a diferencia de sus padres que pasaron horas recibiendo pasivamente información de la televisión, éstos tienen la capacidad de examinar cuidadosamente y en tiempo real la veracidad de la información a la que son expuestos. Por eso son más escépticos hacia la autoridad instituida por herencia, tradición o credenciales, y poseen más confianza en sí mismos.

No es difícil imaginar que cuando una persona, desarrollada en este entorno de tecnologías, conexiones, vivencias y creencias, se incorpora a la clásica empresa taylorista del siglo XX, con jerarquías, procesos, controles y burocracias prolijamente escritas en manuales corporativos, lo mínimo que le ocurre es que no siente incentivo al no encontrar espacio para aportar ideas y crear. No es que los nativo-digitales sean todos creativos, pero resulta que encuentran muy atractivo el acto de crear.

Les gusta hacer, disfrutan viendo lo producido, tienen una fuerte inclinación hacia el output. Su afán por los desafíos sumado a la pericia con que manejan las herramientas tecnológicas hace de ellos una fuente valiosa de nuevas ideas y de pensamiento sin preconceptos ni estereotipos. Por eso en una estructura rígida, donde las ideas son concebidas por el top management y luego comunicadas hacia abajo, y donde los procesos aseguran que cada uno haga sólo lo que se le indica, las nativo-digitales se asfixian.

Sin embargo, esta generación será dominante en 2025, alcanzando entre el 60 y el 75% de la fuerza laboral mundial. El desafío para las empresas es crear organizaciones amigables para los nativo-digitales, donde haya terreno fértil para aportar ideas nuevas, con un nuevo equilibro entre control y libertad. Gary Hamel ya mencionó que las empresas exitosas serán aquellas que logren combinar tres elementos: diseño organizacional, tecnología y talento. Pueden ser una fuente invalorable de talento. Sólo se debe crear el microclima óptimo para que produzcan a gusto.

Por: Juan María Segura - Profesor de la Universidad Di Tella y director de Latamview

Fuente: Diario La Nación

1 comentario:

Gerardo dijo...

Con razón nos cuesta tanto adaptarnos al viejo modelo y los d rh sufren cuando visitamos a los ceo's queriendo cambiar todo, y también sufren x nuestra alta rotación.... Pero así somos si no sentimos q aportamos