miércoles, 30 de junio de 2010

Entrevista a Dave Ulrich

"Un buen líder requiere habilidades interpersonales, pero además debe pedir resultados balanceados, estratégicos y desinteresados".

David Ulrich es considerado uno de los diez mejores educadores de administración en el mundo por la revista Business Week y uno de los mejores cinco entrenadores para ejecutivos por la revista Forbes. Sus estudios involucran temas sobre el cambio organizacional, la construcción de habilidades, el aprendizaje y la potenciación de actividades de recursos humanos. Dinero habló con él y con Norm Smallwood, otro experto en consultoría y coautor de su libro, sobre la teoría y metodología que han desarrollado mediante el Liderazgo Basado en Resultados.

- ¿Qué tipo de liderazgo necesitan las organizaciones para poder subsistir y alcanzar resultados excepcionales?

El objetivo de la mayoría de las teorías del liderazgo es mejorar características de la personalidad. Sin embargo, consideramos que este enfoque es incompleto. Los líderes necesitan ser honestos, confiables y poseer buenas habilidades interpersonales para ser exitosos. Pero, además, deben poder producir resultados balanceados (sobre sus empleados, clientes, inversionistas y la organización en general), estratégicos (con el objetivo de hacer aquello que es más importante) y desinteresados (para el bien del negocio, no para su bien personal).

- ¿Cómo se mide la efectividad de los líderes?

Así como la mayoría de los enfoques hacia el liderazgo tiene como objetivo las características personales, la mayoría de las formas de medir se concentra en el carácter de los individuos. Esto se hace con herramientas como el feedback de 360 grados en el que el líder recibe opiniones de jefes y colegas y reportes sobre su carácter, know how técnico, habilidades interpersonales, motivación, etc. No obstante, esta es una solución parcial. Nosotros consideramos que los líderes deben ser medidos de acuerdo con su efectividad para lograr los resultados que se desean. Por ejemplo, ¿han logrado retener a sus mejores empleados? ¿Han cumplido o superado las expectativas de sus clientes? ¿Han cumplido los presupuestos? ¿Han mejorado las habilidades claves de la organización (velocidad de respuesta, aprendizaje, etc.).

- En sus recientes libros hablan del desarrollo de la 'marca de liderazgo' de cada organización y de la responsabilidad de los líderes en la construcción de los intangibles de la organización para generar resultados sostenibles. ¿Qué significa eso?

Cuando las características de liderazgo se integran con los resultados deseados, y cuando esto ocurre en múltiples niveles de liderazgo, la organización desarrolla una reputación por construir líderes que se destacan. Nosotros denominamos esto la 'marca de liderazgo'. La marca de liderazgo significa que los líderes en todos los niveles de la organización saben cómo obtener resultados positivos. Cuando esto ocurre, aumenta la confianza de clientes e inversionistas sobre la habilidad de la empresa para mantener sus promesas sobre el futuro, y aumenta así su valor intangible. Ese valor intangible usualmente se mide por una alta relación entre el precio y la utilidad. Esta relación indica que la empresa tiene un valor de mercado más alto que aquel de empresas similares con las mismas ganancias pero que transmiten menor confianza a sus inversionistas sobre su habilidad en el largo plazo para generar resultados.

- La ética y los valores de las corporaciones están siendo fuertemente cuestionados luego de los escándalos de empresas como Enron y WorldCom. ¿Qué pasa con el liderazgo en el mundo de hoy?

El comportamiento deshonesto es extremadamente preocupante. Realza la importancia de los dos lados de nuestra fórmula del liderazgo: atributos y resultados. Los buenos líderes requieren muchos atributos. En cuanto a los resultados, estos no son solo resultados financieros. Nuestro criterio para los resultados deseados es que las cosas se hagan desinteresadamente, lo que significa que los líderes deben generar valor para todos los grupos de interés, no solo para sí mismos. Cuando los líderes actúan con deshonestidad destruyen la confianza de sus empleados, clientes e inversionistas sobre el futuro. Esto, a su vez, destruye el valor de mercado de la organización pues se ha destruido la confianza en la empresa. Miles de millones de dólares de valor intangible se perdieron luego del comportamiento de líderes como los de Arthur Andersen, Enron y WorldCom, entre otros.

Hemos visto la misión y los valores que escribieron los líderes de empresas como Enron. Hablan de valores como la honestidad y la confianza. Como es obvio, luego de todo lo que pasó, escribir estos principios no es suficiente. Los líderes necesitan pasar del dicho al hecho y tomar medidas sobre cualquiera que viole esos valores. Lo que pasó con Enron y otras firmas no ocurrió de la noche a la mañana. Hubo muchas señales que indicaban que había problemas. Ojalá que con lo que pasó, los líderes hayan aprendido la lección.

- ¿Cómo define usted liderazgo y qué atributos deben tener los líderes?

En nuestra fórmula:

Marca de liderazgo = Atributos x Resultados

Esta conexión funciona para ambos lados. Es decir, los atributos se requieren para que los resultados ocurran y los resultados ocurren porque se cuenta con los atributos. Nosotros utilizamos un ejercicio muy simple para ilustrar esto. Les pedimos a los líderes que escriban una lista de 5 a 7 de sus mejores atributos y les pedimos que escriban 3 de los resultados que necesitan alcanzar para su negocio. Luego les pedimos que conecten con una línea la lista de atributos con los resultados. Si algún resultado no tiene una línea que lo conecte con los atributos, les preguntamos qué atributos creen que se requerirían para alcanzar ese resultado. Esta es una manera sencilla de abrirles los ojos a los líderes para que identifiquen qué les hace falta pues esos serían los atributos que habría que desarrollar.

- ¿En qué tipo de resultados organizacionales se deben concentrar los líderes?

Los resultados organizacionales son las habilidades que permiten que la organización genere resultados por medio de las personas. En nuestro libro más reciente "Por qué la última palabra no es: Cómo construir valor por medio de la gente y las organizaciones", Wiley 2003, describimos algunas habilidades organizacionales:

- Marca de liderazgo. ¿Hasta qué punto tenemos líderes en todos los niveles que generen buenos resultados de la manera correcta?

- Responsabilidad. ¿Hasta qué punto hemos creado las condiciones para que un buen desempeño sea tenido en cuenta?

- Visión compartida. ¿Hasta qué punto los empleados comparten una visión que muestra cómo generar para sus clientes la experiencia que esperan recibir?

- Aprendizaje. ¿Hasta qué punto sabemos cómo generar ideas con impacto y generalizarlas en toda la organización?

- Colaboración. ¿Hasta qué punto es el todo de nuestra organización superior a la suma de sus partes?

- Talento. ¿Hasta qué punto tenemos personas competentes y comprometidas?

- Velocidad. ¿Hasta qué punto logramos que las cosas importantes ocurran velozmente.

martes, 29 de junio de 2010

Venta consultiva-Cinco pasos para calificar una oportunidad (LEAD)

Si usted es responsable del área de marketing, realmente ¿Está entregando leads al área de ventas o simplemente le está dando consultas de posibles interesados?

Hay una gran diferencia. Una consulta es alguien interesado que está solicitando información y necesita cierto nivel de asistencia. En cambio una oportunidad no es una Lead hasta que no ha sido calificada.

Si las consultas de interesados son enviadas al equipo de ventas sin previa calificación, muchas de ellas no resultarán listas para que los Ejecutivos Comerciales intenten cerrar un negocio. Y esto es tiempo de ventas perdido.

Uno de los mayores errores que se cometen en marketing es entregar oportunidades no calificadas. Cuando las oportunidades son manejadas sin un proceso metodológico de calificación, la gente de ventas ve con escepticismo a marketing.

Hay un proceso sistemático para una calificación exitosa que incluye un conjunto de pasos o etapas a seguir.

Definir y acordar cuál es el significado de LEAD.

Por nuestra experiencia solo 1 de cada 10 compañías con venta consultiva tienen una definición concreta, clara, escrita y unánimemente consensuada entre marketing y ventas sobre el significado de LEAD. Aún en compañías muy pequeñas formadas por una persona en marketing y un ejecutivo comercial, cuando preguntamos “¿Qué es una buena LEAD?” la respuesta es diferente.

Esta pregunta conduce al núcleo del proceso de calificación de oportunidades. Es necesario identificar la calidad de una LEAD comparada con un estándar predeterminado.

Los que no se hacen esta pregunta esencial, condenan al fracaso su programa de generación de LEADS.

Fallar en la respuesta adecuada a esta sencilla pregunta “¿Qué es una buena LEAD?” produce un pobre trabajo de equipo entre marketing y ventas y finalmente no se alcanzan los objetivos de facturación, con un importante desperdicio en el dinero asignado al presupuesto de marketing.

Para que la definición de LEAD sea útil, debe ser aplicada a todas las LEADS, independientemente de su origen (tele prospección; sitio WEB; llamados entrantes; correo directo; eventos; etcétera). Recién entonces usted contará con una Definición Universal de Oportunidad (DUO).

La necesidad de aplicar la DUO a todas las fuentes de detección y generación es crítica para implementar un proceso y un sistema de gerenciamiento de oportunidades calificadas. Es un estándar a partir del cuál se medirán sus esfuerzos de detección y generación de demanda.

Tan importante como la DUO, es el unánime acuerdo entre ventas y marketing sobre el significado de DUO.

La DUO es el estándar contra el que se comparará cada cliente potencial (prospecto). Es prioritario para saber en qué parte del proceso de compras se encuentra el prospecto y, en consecuencia, su predisposición para recibir a un ejecutivo comercial.

Consolidar y centralizar la información de prospectos y oportunidades

Las oportunidades provienen de una amplia variedad de fuentes: información que fue solicitada a través del sitio WEB, descargas de demostraciones o documentos, listas de asistentes a eventos y otras.

Algunas veces, la información del prospecto es superficial, pero seguramente contará con unos datos mínimos como nombre, apellido, nombre de la compañía, e-mail o teléfono de contacto. Además cuenta con el origen de la oportunidad, dato fundamental para conocer cuál es la fuente de la oportunidad y cómo contribuye a su embudo de oportunidades.

Registre esa información, aunque esté incompleta, en una base de datos en la que luego pueda agregar el resto de datos. Un diseño adecuado de esta base y su mantenimiento es el “lubricante” necesario de toda la actividad de generación de demanda. La base es el punto de encuentro y colaboración entre marketing y ventas y fomenta la cooperación del resto de la organización, incluyendo a todas las personas que tienen actividad en una cuenta.

Cuando diseñe la base considere qué campos “deben” estar completos y cuáles sería deseables completar. La DUO le dará pautas sobre muchos de los campos que “deben” completarse.

Dado que la base de prospectos y actividades es el núcleo de su medición de la estrategia de detección y generación de demanda, debe asignar a alguien la responsabilidad de su mantenimiento.

Usar el teléfono para calificar mejor un prospecto y una oportunidad.

El rol que el teléfono juega en el proceso de detección y generación de demanda no es protagónico sino complementario. Durante mucho tiempo las empresas con venta consultiva utilizaron este dispositivo para prospección por varias razones, entre ellas:

- Aparente bajo costo de prospección.

- Falta de estrategia de detección y generación de demanda.

- Pocos recursos humanos de marketing calificados para entender cómo es el proceso de prospección de la venta consultiva o de la venta compleja.

- Facilidad de ejecución.

Desafortunadamente se copió el modelo americano de prospección donde el teléfono juega un rol central. En ese contexto cultural, todos los actores están dispuestos a simplificar las interacciones porque “time is Money”.

En la cultura latino americana las cosas son diferentes. Por cuestiones culturales y de seguridad, la gente no brinda mucha información telefónicamente. Y si el interlocutor es un ejecutivo de cierto nivel, lo que un desconocido puede obtener de él por teléfono es muy poco.

Es probable que una campaña de tele prospección sea más económica que otras acciones. Pero cuando se necesita conectar personas, no siempre la medición económica es la que cuenta.

Sin embargo, la voz humana hace mucho más que un e-mail. Por eso el teléfono es una herramienta complementaria que debe apoyar otras acciones de detección y generación de demanda.

La gente aprecia el esfuerzo. Una llamada telefónica realizada en el momento oportuno es más efectiva que uno o más mails. El teléfono es una oportunidad de interacción personal que ayuda a construir relación.

Las llamadas telefónicas, usadas como una herramienta complementaria de calificación, se diseñan para:

- Prevenir la pérdida de tiempo persiguiendo oportunidades no calificadas.

- Asegurarse que se está detrás de una buena oportunidad de ventas.

- Adherir y reforzar la DUO.

- Seguimiento de eventos.

- Seguimiento de consultas hechas por WEB.

- Seguimiento de respuestas a mails.

- Seguimiento de todo tipo de consultas, independientemente de la fuente.


El teléfono debe articularse con otras acciones de detección y generación de demanda.

Entregar las oportunidades calificadas a ventas.

El pasaje de una oportunidad calificada desde marketing a ventas es crítico si espera obtener retorno de su inversión en marketing.

A continuación una simple guía para asegurarse que la oportunidad calificada no se perderá en el proceso:

- Las oportunidades calificadas listas para ser abordadas por un ejecutivo comercial son preparadas en marketing. Esto quiere decir que la información necesaria está completa en la base.

- Marketing coordina una reunión o un llamado telefónico entre las partes apropiadas: el contacto de la oportunidad calificada y el ejecutivo comercial.

- El equipo de marketing envía un mail de confirmación al contacto de la oportunidad calificada, informándole que será contactada por un ejecutivo comercial y copia al ejecutivo comercial.

- El equipo de marketing que está trabajando en la detección y generación de demanda, alerta al ejecutivo comercial de la oportunidad calificada y le entrega la información de la oportunidad y el perfil del prospecto.

Toda oportunidad calificada es transferida de la base de prospección a la base de ventas (CRM).

Es importante ser metodológico cuando se entregan las oportunidades calificadas al área de ventas. Tomar atajos como por ejemplo no adherir a la DUO o proveer una historia incompleta del contacto puede resultar en incomunicación y la consecuente pérdida de la oportunidad.

Claro que en una compañía pequeña, donde las personas son pocas y las oportunidades calificadas también, el proceso puede ser diferente.

Cerrar el círculo.

La detección y generación de demanda, y por extensión, la calificación de oportunidades es un proceso que se refina con el tiempo y la experiencia. Por ello la retro alimentación es clave para mejorarlo.

El cierre del círculo Detección/ Calificación/ resultados es la base que le permitirá a su organización aprender constantemente de cada interacción. Cerrar el círculo significa seguir cada oportunidad calificada desde el inicio hasta el final tanto si es convertida en contrato como diferida o perdida frente a la competencia.

Las empresas en las que el círculo se cierra tienen mejores tasas de conversión que en las que no usan este método.

Por: Daniel Aisemberg - Fuente: De gerencia.com

jueves, 24 de junio de 2010

Calidad de vida laboral, una forma de pensar sobre las personas y las organizaciones

En general, asociamos calidad de vida laboral con pocas presiones en el trabajo, o disposición de tiempo libre conservando un buen nivel económico. Pero, ¿qué hay más allá?

En general, asociamos calidad de vida laboral con pocas presiones y bajo estrés en el trabajo, o disposición de tiempo libre conservando un buen nivel económico. Pero la investigación y la experiencia demuestran que es más que eso.

Muchas y variadas son las definiciones surgidas en los últimos años que apuntan, con diferentes énfasis, a la satisfacción y salud mental de los individuos, mejoras organizacionales, enriquecimiento y humanización del trabajo con su consecuencia en la eficiencia, efectividad y resultados.

David Nadler y Edward Lawler, por ejemplo, definen la calidad de vida como la forma de pensar sobre las personas, el trabajo y las organizaciones. Sus elementos distintivos tienen que ver con (1) el impacto del trabajo sobre las personas y sobre la eficacia organizacional, y (2) la participación en la solución de problemas y toma de decisiones organizacionales.

Así, la calidad de vida laboral concilia tanto los aspectos organizacionales objetivables y conectados con el contexto, como los personales. Es la relación entre las expectativas que los individuos depositan en el empleo actual o futuro, y las realizaciones y condiciones concretas que ofrecen los entornos de trabajo.

Cuanto más altas las expectativas y más bajos los logros, mayor frustración y, por lo tanto, menor percepción de calidad de vida laboral.

Pero la calidad de vida laboral no es sólo producto de lo que la organización ofrece, sino también de cómo gestionan las personas sus expectativas y qué hacen ellas mismas en relación a sus condiciones de trabajo. No son víctimas, sino protagonistas de cómo viven o perciben el trabajo y su entorno.

La calidad de vida laboral es un concepto complejo y multidimensional que evoluciona a través del tiempo.

Hay diferencias de percepción: entre los trabajadores, según su edad, escolaridad, tipo de tarea, tiempo en la empresa y jerarquía; entre las empresas, según el tipo de negocio, tamaño y estado financiero.

Es una filosofía, una modalidad de gestión y un proceso, que mejora la dignidad del empleado y los resultados de las empresas, pero en el marco del contexto cultural, político, histórico y social.

Empleado vs. Emprendedor, y los mitos de la calidad de la vida laboral

Muchos piensan, especialmente aquellos que inician su carrera profesional, que es distinta la calidad de vida laboral si se trabaja por cuenta propia que si se es empleado.

En el primer caso, pareciera más fácil conciliar tiempos laborales con responsabilidades o intereses personales, ya que se puede flexibilizar la tarea y disponer mejor del lugar físico de trabajo. Pero se tienen otros compromisos laborales.

Es una fantasía que el cuentapropista no tiene un jefe. Siempre hay una persona o institución ante la cual se debe responder, que tiene expectativas sobre los servicios o productos y, en muchas ocasiones, este cliente es mucho más demandante que un supervisor jerárquico.

Adicionalmente, los tiempos esperados de respuesta pueden ser menores, sin contar con la disponibilidad a veces más reducida de recursos.

Se piensa que la agenda y la dedicación son más manejables pero, como en otras modalidades laborales, existen demandas domésticas, familiares, o personales, no menos exigentes, que muchas veces se superponen por no contar con un horario fijo y exclusivo de trabajo.

Adicionalmente no siempre se cuenta con colegas o compañeros de diferentes disciplinas, con oportunidades de proyectarse en la carrera, con un marco empresario del que se aprende, que también generan satisfacción.

Cada modalidad de trabajo tiene sus beneficios y desventajas, la elección de una de ellas debería depender de la vocación, oportunidades y especialidad y no sólo del estilo de vida que conlleva.

Factores que influyen en la calidad de vida laboral

Hoy en día, se suele asociar calidad de vida laboral con disponer de tiempo fuera del trabajo. En este sentido, se escucha hablar de balance entre la vida personal y laboral. Pero, ¿existe una vida personal y otra laboral?

Este es uno de los grandes mitos: pensar que separando la vida personal de la laboral (como si el ser humano pudiera disociarse y no ser el mismo en un ámbito que en el otro), se logra una satisfactoria calidad de vida laboral.

Los aspectos personales influyen en el trabajo y viceversa. Si se logra un equilibrio en los aspectos personales y familiares, si se cuenta con salud, si se logra disfrutar del trabajo y el esparcimiento, si es posible mantener pequeños espacios para intereses personales, es probable que la calidad de vida en el trabajo sea más satisfactoria.

Por otra parte la calidad de vida laboral no está vinculada exclusivamente con el horario. Se puede tener una jornada acotada y sin embargo no ser de calidad, y, por el contrario, se puede estar en un ámbito laboral muchas horas y sin embargo ser ameno, estimulante, de calidad, y productivo.

Muchos estudios en los últimos años, como así también testimonios habituales de quienes trabajan ya sea en su propio emprendimiento o en una organización ajena, demuestran que la calidad de vida laboral requiere de muchos factores.

Va más allá de trabajar poco. En realidad, implica desarrollo profesional, enriquecimiento de la tarea, inserción en un ambiente apropiado de trabajo y contribución con la comunidad.

Mucho depende de cada uno

En muchas ocasiones, este estado es resultado de la adicción al trabajo. La excesiva dedicación a lo laboral no necesariamente es consecuencia de un inapropiado diseño de la calidad de vida por parte de las organizaciones, ni de las condiciones del mercado laboral, sino el efecto de las mismas personas prisioneras del trabajo.

El "trabajolismo" no tiene que ver con el cumplimiento de las responsabilidades, sino más bien de una actitud ante el mundo en general y el laboral en particular, en la cual el trabajo es la clave de la vida, es el camino y la respuesta a todas las necesidades y preocupaciones.

Las personas altamente talentosas no son necesariamente aquellas que trabajan más, sino las que trabajan mejor, y que logran diferenciarse en los estándares de su trabajo sin descuidar su salud, la de sus colegas y la de la empresa.

Cada uno debe asumir su responsabilidad, proteger su estado psíquico y físico, y administrar su tiempo sin descuidar las responsabilidades y compromisos.

Una gestión exhaustiva de la calidad de vida laboral debe contemplar los intereses de todos los actores. No podría hablarse de calidad de vida laboral si los accionistas no alcanzaran resultados, o si no se cumplieran las normas de los entes regulatorios, si no se cuidase el entorno social, o si los empleados no estuvieran satisfechos.

No podemos desconocer que el abordaje de la calidad de vida laboral por parte de las organizaciones no tiene fines filantrópicos.

Optimizando las condiciones de trabajo se cuenta con talentos más motivados y formados. Sus niveles de productividad crecen a medida que la empresa se muestra sensible a sus expectativas y necesidades. La mejora de la calidad de vida laboral sin duda beneficia a las personas y a las organizaciones.

Los empleados se encuentran más saludables, desafiados y reconocidos, trabajan orientados a los objetivos y estrategia del negocio, asumen errores, y tratan de solucionarlos, toman riesgos y se comprometen consigo mismos, la empresa y su entorno.

El objetivo básico de la calidad de vida hoy en día debiera estar en integrar el desarrollo personal, el bienestar, y los resultados de la empresa. Y esto es responsabilidad de todos y cada uno.

Por: Lic. Fabiana Gadow - Directora de Recursos Humanos Regional LATCO de Deloitte

miércoles, 23 de junio de 2010

Los 7 tipos de clientes

Aunque tus estrategias de marketing sean las más acertadas, la fidelidad ante una marca nunca es la misma en todos los consumidores. Como todos son diferentes y sus comportamientos también, conviene estar preparados para lidiar con todo tipo de lealtades.

Las empresas que ya tienen cierto tiempo en el mercado suelen tener una amplia variedad de clientes; por ejemplo, de compra frecuente, de compra ocasional y de altos volúmenes de compra. Éstos esperan servicios, precios especiales, tratos preferenciales u otros que estén adaptados a sus particularidades propias.

Esta situación plantea un gran reto a los emprendedores porque está en juego no sólo la satisfacción del cliente y su lealtad, sino también, la adecuada orientación de los esfuerzos y recursos de la empresa.

Aquí te presentamos una lista con los siete tipos de clientes, clasificados según su nivel de lealtad con la marca:

1. Los Apóstoles. Son los incondicionales de la empresa. Manifiestan muy elevados niveles de encanto y de compromiso futuro. Se convierten en “embajadores de buena voluntad”, porque dentro de sus respectivos círculos de referencia suelen ejercer un pronunciado liderazgo de opinión a favor de nuestros productos.

2. Los Clientes Leales. Manifiestan un patrón de conducta similar a los Apóstoles, pero con un nivel de intensidad menor.

3. Los Clientes Terroristas. Se caracterizan por sus muy bajos niveles de Encanto y de Compromiso Futuro. Frecuentemente han tenido una o varias malas experiencias con el producto o servicio y una gran parte de ellos difunde su “mala voz” con un comparativamente elevado nivel de efectividad.

4. Los Clientes Potencialmente Desertores. Manifiestan un patrón de conducta similar a los Terroristas, aunque con una menor intensidad.

5. Los Clientes Indiferentes. Este segmento agrupa a aquellos clientes que son indiferentes al producto. En cierta forma, su actitud hacia el producto o servicio es del tipo “no está bien ni mal sino todo lo contrario”.

6. Los Clientes Rehenes. Los Clientes Rehenes son aquellos que, a pesar de no estar contentos con la empresa, permanecen con la marca. Esta situación se puede dar, por ejemplo, en mercados semi-monopólicos en donde no perciben alternativas viables, o en categorías donde estos clientes ven como excesivamente costosa la migración a otras alternativas.

7. Los Mercenarios. Se caracterizan por niveles de “encanto” comparativamente elevados, pero con muy bajas intenciones de compromiso hacia el producto. Éstos suelen darse claramente en categorías tipo commodity, donde el precio del bien dicta las condiciones de permanencia del cliente.

Existen 3 tipos de consumidores mercenarios:

-Los Switchers: Tienen pocas marcas favoritas y brincan entre éstas según estén o no en promoción.
-Los Negociadores: Cambian regularmente dentro de un abanico más amplio de marcas aceptables para ellos.
-Los Sensibles al Precio: Sistemáticamente compran la marca del menor precio, sin importar cuál sea ésta.

Fuente: Soyentrepreneur.com

lunes, 21 de junio de 2010

Mis cuatro amigos emprendedores

Las particulares circunstancias en las que vive cada uno, hace que su actitud sea bien diferente. ¿A qué grupo pertenecemos nosotros?

Tengo cuatro amigos emprendedores.

El primero vive en casa de sus padres. Siempre anda quejándose de lo mal que están las cosas y de las facturas que tiene sin cobrar. En muchas ocasiones lo veo casi deprimido y con ganas de ser funcionario, para de esta forma tener seguridad.

El segundo vive en un piso de alquiler, el cual tiene que pagar cada mes. Éste no tiene un cliente sin cobrar. De ello depende su supervivencia. Tiene ganas de comerse el mundo y despegar con su proyecto. La propia necesidad de sus gastos hace que no pare de trabajar, pues de otra forma no tendría otros ingresos. A veces lo veo triste, pero como él me dice «ello no quita para ir a cobrar un trabajo, o reunirme con un nuevo cliente».

El tercero forma parte de un grupo de profesionales. Yo le llamo el satisfecho pasivo, pues está demasiado acomodado. En lugar de ser un barco pirata oteando el horizonte a la búsqueda de clientes, es más bien un crucero de lujo, más ocupado en disfrutar del nombre y del caché que tiene, que de trabajar por el futuro.

Y el cuarto está integrado en una gran empresa ¿O es que no se puede ser emprendedor dentro de una empresa? Seguramente éste sería el sueño de todo empresario: tener emprendedores en lugar de trabajadores. Muchas veces, lo que hay en las empresas son ejecutores, y no auténticos intraemprendedores que ven su trabajo como un reto que pone a prueba su capacidad, talento e ingenio.

Como ven, las particulares circunstancias en las que vive cada uno, hace que su actitud sea bien diferente. ¿A qué grupo pertenecemos nosotros? ¿Acaso permitimos que nuestras circunstancias dominen y controlen nuestra actitud hacia la vida? ¿Qué necesitamos para ponernos las pilas y sacar lo mejor de nosotros?

Por: Juan Ferrer (coach español)

domingo, 20 de junio de 2010

¿Eres líder o sólo jefe?

Evalúa tu rol dentro de tu oficina y conoce las diferencias entre un jefe que ejerce autoridad y un líder que motiva y guía al equipo de trabajo.

George Ambler es socio ejecutivo de Gartner Executive Programs, donde cuenta con 18 años de experiencia en la industria de TI asesorando a los CIO’s a través de investigaciones sobre mejores prácticas de liderazgo.

Nacido y criado en Johannesburgo, Sudáfrica, se ha dedicado a estudiar y aplicar el management.
En su blog “La práctica del liderazgo” publica constantemente artículos que buscan motivar a las personas a reflexionar acerca de sus experiencias laborales y de vida.

Hoy compartimos un interesante tema abordado por Ambler sobre si somos jefes o líderes.

A menudo, muchas personas confunden el liderazgo con el poder posicional. Tendemos a creer que una persona en una posición de autoridad o una persona con un título, ostenta poder debido a sus cualidades de liderazgo.

Sin embargo, en muchos casos no existe una correlación entre la posición de una persona y esta capacidad.

George Ambler aclara que el tener un título no te hace un líder, ya que liderazgo es acerca de la influencia. Así, el título sólo compra tiempo para ejercer un liderazgo verdadero y en este tiempo tu liderazgo aumenta, disminuye o finalmente falla.

Por esto, presta atención a las considerables diferencias entre ser un jefe y ser un líder y reflexiona acerca de cuál es el rol que llevas dentro de tu empresa. ¿Es el que tú sientes ejercer o es el que los demás también te hacen sentir?

- El jefe conduce los miembros del grupo, el líder, en cambio, los guía.
- El jefe depende de la autoridad, mientras que un líder depende de la buena voluntad.
- El jefe busca inspirar miedo, el líder por su parte, quiere inspirar entusiasmo.
- El jefe dice “yo”, pero el líder dice “nosotros”.
- El jefe asigna las tareas a las personas que conduce, el líder marca el ritmo para que todos trabajen.
- El jefe dice le al empleado “llegue a tiempo”; sin embargo, el líder siempre llega antes, se anticipa.
- Un jefe siempre arregla las grietas de una ruptura, mientras que el líder se da el tiempo para arreglar todo el desastre.
Nadie discute que el jefe sabe cómo se hace, pero el líder siempre muestra cómo se hace.
- El jefe hace del trabajo una monotonía, el líder hace que sea un juego en el que todos quieran participar.
- El jefe dice “vaya”, el líder dice “vamos”.

Fuente: Alto Nivel

miércoles, 16 de junio de 2010

La armonía corporativa

Establecer un protocolo de comunicación genera un ambiente abierto, transparente e interactivo.

Dentro de toda organización los empleados adhieren a una serie de estándares que permiten al negocio operar de un modo predecible y posibilitan que los públicos interesados confíen en la integridad y la viabilidad de la operación. Articular claramente la dirección y el rendimiento del negocio sigue siendo un diferenciador importante en las relaciones de la empresa.

Sin embargo, a pesar de la creciente concientización en las empresas sobre la importancia de contar con un departamento de RR. HH., aún existe reticencia por parte del senior management a establecer un estándar o disciplina de comunicación que determine cómo la organización y su gente se comunican y se comprometen el uno con el otro.

Un estándar de comunicación es una serie de acciones con las que la empresa se compromete a compartir conocimiento, establecer relaciones y comunidades sólidas y reforzar la identidad corporativa dentro de su staff, creando un nivel de expectativa entre los empleados acerca de la frecuencia, el contenido y la medida de las comunicaciones de toda la empresa.

También, un estándar de comunicación es un criterio para medir cuán comprometidos se desea que estén los empleados con el negocio y cuán involucrados sus gerentes para hacer que eso suceda. Constituir un estándar permite que líderes y gerentes sigan los caminos establecidos, lo cual ayuda a coordinar y calibrar los mensajes, determinando el sistema y alimentando los canales internos con información pertinente.

Cada señal positiva es para los directivos una muestra de lo importante que puede resultar fomentar las comunicaciones y un estilo de administración abierta.

Gestión progresiva

El estándar de comunicación se vuelve un ingrediente esencial para modelos de gestión progresiva.

* Cuando se encuentra bien desarrollado, crea un "hábito" en la forma en que las personas reciben, escuchan, intercambian y asimilan la información. Así, se fomentan la discusión, el diálogo y el debate para asegurar que todos estén informados y comprometidos con la estrategia y las operaciones de la compañía.

* Cada empresa debería diseñar sus estándares en función de la propia cultura, las dinámicas de los grupos y su modelo de liderazgo. Para los empleados, la norma debería sentirse y ser vista como una natural extensión de la cultura y creencias de la organización.

* Desarrollar un protocolo de comunicación bien documentado no sólo establece los parámetros por medio de los cuales las personas interactúan, sino que también resuelve uno de los desafíos más importantes: la implementación efectiva de la estrategia.

Participación

El éxito sostenido de una empresa se debe en gran parte a la participación activa de todos los empleados en todos los niveles de comprensión, contribuyendo al diseño, desarrollo y aplicación de diversas estrategias, productos, servicios e innovación para expandir el negocio.

* Con ese fin, "liderazgo" y "administración" están comprometidos en un solo trabajo para garantizar que cada individuo tenga la capacidad de estar informado sobre los aspectos fundamentales de la empresa, entre los que se encuentran como prioridades: la estrategia de negocios, la competitividad en términos de desafíos, las oportunidades del mercado (expresadas en una marca o producto), el rendimiento operativo y financiero, y las políticas relativas al medio ambiente, diversidad y seguridad.

* Sumado a esto, crear un protocolo que responda al qué, al cómo y al cuándo dar información pertinente a los empleados establece la filosofía de comunicaciones.

* El comportamiento resultante de los líderes, gerentes y empleados culmina en el "hábito" de mantener un ambiente abierto, transparente e interactivo. Si dicho "hábito" es conservado, se traduce en un "estilo de vida" o en una forma inherente de trabajar y crecer.

Por: Allan McCrea Steele (presidente de Edelman)

Innovar para sobrevivir

No se trata de una moda: la innovación en las organizaciones es necesaria para mantenerse un paso adelante. Para lograrla hay que trabajar, fundamentalmente, con el capital humano.

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, innovar significa "mudar o alterar algo, introduciendo novedades". En un ambiente organizacional, esto podría interpretarse como la generación de prácticas que antes no existían, la creación de un producto, la introducción de más servicios o el desarrollo de nuevos procesos; es decir, algo que aporte valor en comparación con las soluciones ya existentes.

Habitualmente se cree que para innovar es necesario trabajar con tecnología. Sin embargo, la innovación no se restringe a ésta sino que, por el contrario, para fomentarla hay que trabajar, fundamentalmente, con el capital humano.

Para ello no es requisito contar con personas iluminadas o excepcionales dentro del staff; lo más importante es, en principio, tener la convicción de que no hay una sola respuesta para las cosas y que no todo está inventado.

Tampoco se requieren ideas revolucionarias, con una serie de pequeñas innovaciones incrementales basta para potenciar el cambio en una empresa.

Imaginar nuevos caminos

No es cuestión de apelar a un golpe de suerte o a un instante de inspiración. Para innovar, hay que entrenarse en ese hábito, en una disciplina, aunque también hace falta evitar los prejuicios que inhiben la creatividad.

En este sentido, uno de los elementos críticos a la hora de instalar una cultura de innovación en una organización es el temor al fracaso, al ridículo, a sonar disparatado.

Por eso, para que se produzcan innovaciones, es necesario implementar ideas creativas y, para eso, hace falta estimular en el personal cuatro rasgos primordiales: conciencia, curiosidad, focalización e iniciativa.

Incentivar el sentido de conciencia se refiere a evitar el pensamiento automático porque, para innovar, hay que estar despiertos y atentos al presente, es decir, tener conciencia de uno mismo y de las circunstancias externas. Al mismo tiempo, para ser conscientes, hay que usar todos los sentidos y mirar detenidamente los procesos para ver cómo y por qué funcionan.

En cuanto a la curiosidad, es importante que los empleados tengan inquietudes y se cuestionen el porqué de las cosas. Se trata de observar, captar lo desconocido, arriesgarse y cometer errores. Es importante entender que cada persona o situación tiene algo que enseñarnos. Además, puede ser muy positivo buscar alternativas e intentar cosas nuevas.

Por último, la focalización se refiere a poner toda la atención en lo que se está haciendo, priorizar lo importante y relegar lo que quita energías; y la iniciativa remite al concepto de que, sin la acción, es imposible llevar a la práctica cualquier idea, por más talentosa que sea.

Diferentes estructuras

Hay varias arquitecturas organizacionales que apoyan la innovación.

Por ejemplo, equipos compuestos por personas de diferentes funciones, niveles y perspectivas que trabajan conjuntamente por un tiempo determinado para identificar oportunidades de innovación.

Otro caso son las redes de expertos que, dentro de una organización, tienen conocimientos especializados y son reconocidos como personas "a consultar" en determinados temas. En este caso, trabajan en conjunto para solucionar un asunto específico.

De una u otra forma, los modelos organizacionales necesitan fomentar la generación de ideas originales y crear un ámbito para la innovación, si desean mantenerse a la vanguardia.

Es decir, para que se aplique de manera práctica una idea creativa que genere un nuevo proceso o producto que le permita a la compañía permanecer actualizada y destacarse en el mundo competitivo de los negocios de hoy, lo ideal es estimular el pensamiento imaginativo y la invención, arriesgarse y, por qué no, aplicar lo lúdico a favor de lo productivo.

Por: Ricardo Piñeyro Prins (profesor titular de la UBA)

Fuente: IECO

martes, 15 de junio de 2010

11 consejos para nuevos emprendedores

1- 30% del trabajo es tener la certeza que lo vas a lograr.

2- …20% del trabajo es realmente no tener miedo a tomar decisiones arriesgadas.

3- Trabajar para ti mismo implica no tener un jefe, pero también significa tener muchísimo más trabajo y no poder evitar el hecho de que sean las doce de la noche y aún estar haciendo tus labores.

4- Organiza tu tiempo de la mejor manera posible, es decir: tener horarios, intentar respetarlos al máximo para que trates de evitar el punto anterior (aunque a veces será imposible).

5- Yo creo que irte a dormir es perder el tiempo, pero duerme, descansa, en una hora de trabajo a las 4 de la mañana haces el 25% del trabajo que el tiempo equivalente a las 10 de la mañana.

6- Evita a toda costa las juntas o reuniones, son tóxicas, suena exagerado pero es real. Maneja a tus clientes de tal manera que el intercambio de información sea por escrito y vía email, usa el teléfono para comunicación rápida para que llegues a ese punto en que no sienta la necesidad de verte en una reunión. Utiliza el tiempo que gastarías en transporte, saludar, sentarte y conversar 10 minutos antes de empezar la reunión y los 10 minutos al terlminarla en trabajar en cosas de tu emprendimiento. Si no puedes evitar hacer una reunión procura que sea por medio de conferencia telefónica o un chat (donde quede registro de todo lo dicho).

7- Nunca subestimes el poder de la ingeniería social. Conocer a muchas personas siempre es bueno, mantener relaciones, actualizar a tus conocidos constantemente con lo que haces (un blog es perfecto para eso) resultan un imán para nuevos proyecto.

8- Dicho eso: No trates a tus clientes como amigos y no trates a tus amigos como clientes: las personas con las que trabajas por buena gente o amigos que sean, son clientes, dales el trato que merecen pero no esperes favores de parte de ellos (y viceversa) por eso. Así mismo a tus amigos no los trates como clientes, no esperes que te resuelvan tus problemas laborales porque alguna vez les hiciste un favor. No mantengas amistades sólo para tener una solución en caso que tengas problemas.

9- Ahorra lo más que puedas pero no escatimes en gastos para tus herramientas principales. Es mejor gastar mil dólares más en una laptop para trabajar bien y rápido a comprar la más barata (para ahorrar costos) y después de tres meses tener un equipo desactualizado que necesita ser reemplazado.

10- La procrastinación es el peor mal de una persona que no tiene jefe, no hay excusa. Si te ves más de 10 minutos leyendo The Superficial estás en problemas.

11- Si alguien te dice que lo que estás haciendo no va a tener resultado probablemente vas por el camino correcto ya que la mayoría de las ocasiones los consejos de amigos/conocidos intentan ser lo más complaciente posible y muchas veces lo nuevo asusta
Por: Eduardo Arcos - Hipertextual

lunes, 14 de junio de 2010

Los puntos ciegos, una amenaza para el crecimiento sostenible

Los productos exitosos de muchas empresas terminan perdiendo su encanto al cabo de un par de años llevándose consigo el éxito que trajeron en un principio. La profesora de la Escuela de Negocios IMD, Bettina Büchel, comenta en un artículo que el crecimiento sostenido de los productos de un negocio depende de una efectiva utilización de la inteligencia estratégica, ya que es a través de esta que se puede evitar caer en las trampas de los puntos ciegos que existen en el entorno de una organización. La experta menciona y explica seis importantes fuentes de inteligencia estratégica que deben estar presentes en cualquier compañía.

Cuando una compañía lanza un producto que resulta ser muy exitoso hay que ser muy cuidadosos en la estrategia a seguir, ya que, generalmente, ese éxito suele ser temporal e irse apagando lentamente en los primeros años, a no ser que el negocio sea analizado de manera inteligente para aprovechar al máximo todas las oportunidades que de allí pueden surgir.

La profesora de la Escuela de Negocios IMD, Bettina Büchel, toca este tema en un artículo y explica que para mantener el crecimiento y el éxito en el tiempo es necesario que las compañías descubran y desarrollen servicios, soluciones y familias de productos, de manera que los buenos resultados de una decisión o producto acertado no se queden atrás, sino que continúen produciendo y aportando a la organización.

Ella explica que el mayor riesgo que corre una empresa en el momento de analizar sus oportunidades está en unos puntos ciegos de la organización que consisten en áreas en las que los ejecutivos no ven o no entienden determinada información importante, lo cual termina llevando sus negocios a caer en una serie de trampas como calcular mal los límites de la industria, no identificar bien las competencias emergentes, perder el contacto con los clientes, hacer demasiado énfasis en la competencia visible y permitir que los tabúes corporativos o la falta de previsión limiten el marco de referencia.

Para superar estos obstáculos y evitar caer en las trampas impuestas por los puntos ciegos de la organización, Büchel recomienda hacer uso de la inteligencia estratégica, que consiste, según ella, en "una combinación coordinada de investigación, análisis y distribución de la información necesaria para tomar decisiones estratégicas que permitan que las oportunidades de crecimiento florezcan".

Seis fuentes de inteligencia estratégica

La experta menciona y explica seis fuentes importantes de inteligencia estratégica que deben ser tenidas en cuenta en cualquier empresa, e integradas a la toma de decisiones, para poder aprovechar las oportunidades disponibles y no caer en la trampa de la inflexibilidad:

1. Tendencias. Büchel explica que los ejecutivos deben conocer y comprender las tendencias y los movimientos globales en áreas como la demografía, la regulación y los mercados de consumidores, y hace énfasis en que el tema no debe ser pensado a dos o tres años, sino a cinco o diez. Además, menciona que no solo hay que analizar las tendencias a futuro, sino también establecer las acciones que deben llevarse a cabo para tomar las oportunidades que puedan surgir.

2. Clientes. Este punto consiste en conocer a los clientes, estudiar sus comportamientos y recibir retroalimentación de su parte para tener claridad con respecto a cuáles de sus necesidades están siendo satisfechas y cuáles no, de manera que puedan identificarse y explotarse posibilidades de nuevos productos o servicios.

3. Benchmarking. La profesora aconseja mirar más allá de la propia organización y analizar de dónde provienen los mayores niveles de innovación en la industria y cómo pueden afectar los nuevos descubrimientos a la empresa y a su nicho de mercado. Ella recomienda no asumir que quienes participan de la industria permanecerán dentro de los límites tradicionales, sino prepararse para que en cualquier momento surjan nuevas competencias desde distintos espacios.

4. Extensión de las categorías. Büchel afirma que al definir demasiado específicamente la categoría a la que pertenece una empresa se pierden oportunidades de crecimiento. Lo que recomienda es observar cuidadosamente lo que ofrece la compañía y pensar de qué manera puede extenderse teniendo en cuenta los deseos de los consumidores.

5. Aptitudes. En este punto se trata de reconocer las habilidades y aptitudes con las que cuenta una compañía, de manera que de allí puedan surgir oportunidades de crecer y de desarrollar ideas a partir de lo que se sabe hacer bien.

6. Tecnología. La experta recomienda estar atentos a las nuevas tecnologías y analizar cómo estas pueden adaptarse a los productos o servicios existentes, de manera que les den un valor agregado y extiendan las posibilidades de oferta como lo han hecho, por ejemplo, con los teléfonos celulares.

Mirar más allá

Finalmente, Büchel menciona la importancia de analizar cuáles son las fuentes con las que se cuenta a la hora de definir las estrategias y de llevar a cabo investigaciones importantes para el crecimiento, y recomienda expandir las redes de contactos e ir más allá de lo que está a la mano para contar con la mayor diversidad posible, logrando así mayores niveles de inteligencia estratégica que lleven a superar esos puntos ciegos de la organización.

En sus palabras, "Si todas tus fuentes de información principales tienen el orígenes parecidos, no es muy probable que consigas la misma amplitud y profundidad en las ideas necesarias para apoyar la verdadera innovación para el crecimiento".

Concluye que las organizaciones deben tener en cuenta estos consejos y sumergirse en la inteligencia estratégica con el fin de buscar que su éxito y su crecimiento se conviertan en unas constantes y no solo en elementos positivos temporales.

Fuente: Diario La Flecha

jueves, 10 de junio de 2010

Por qué si trabajamos más… Cada vez estamos peor?

Hay un momento en la vida de las pequeñas y medianas empresas donde la conducción basada únicamente en la percepción debe dejar de ser el parámetro con el cual se evalúe la gestión. Para ello debemos ayudarlo a cambiar su visión de la función del Management porque ningún cliente estará dispuesto a pagar un centavo extra por los productos, si ese centavo esta destinado a “financiar” ineficiencias en lugar de brindarle un mayor nivel de satisfacción.

Era un lunes especial en la empresa de don Pedro González, el día en que el contador presentaría el resumen de lo sucedido durante el año ante el titular de la empresa y su grupo más cercano de colaboradores.

Un año en el cual la actividad de “González e Hijos” había mostrado un nivel de recuperación importante respecto de los anteriores. El volumen de las ventas creció un 30 %, lo cual motivó la necesidad de contratar nuevos operarios y empleados para llevar adelante la gestión de la Empresa.

Todo hacía pensar que sería una reunión tranquila con motivos para festejar y brindar por el crecimiento del negocio. Pero, a lo largo de la misma, los rostros fueron cambiando, el cuadro de situación planteado por el contador era muy claro y no dejaba margen para dudas. La empresa no estaba en buenas condiciones económico-financieras.

A todos les costaba comprender que en un período marcado por un crecimiento de un tercio en el nivel de facturación acompañado de un importante aumento de la cartera de clientes, en el cual la empresa estaba trabajando casi a un nivel del 80/90% de su capacidad instalada y durante el cual había sido necesario habilitar 3 turnos de trabajo para poder abastecer las necesidades de producción, el resultado había sido malo

La pregunta surgió casi naturalmente: “Cómo puede ser que si estamos trabajando cada vez más, no veamos el resultado de nuestro esfuerzo en términos de un flujo de caja menos tenso o de un margen que podamos dedicar a reinvertir en el negocio?.”

Muchas veces el pequeño y mediano empresario tiende a confundir conceptos y expresiones que pueden parecer similares pero que no lo son, como por ejemplo:

o No es lo mismo el crecimiento que el desarrollo para evaluar el grado de evolución de una empresa.
o No es lo mismo una empresa eficaz que otra eficiente.
o No es lo mismo una empresa grande que una gran empresa.

Es necesario explicarles que hay un momento en la vida de las pequeñas y medianas empresas donde la conducción basada únicamente en la percepción debe dejar de ser el parámetro con el cual se evalúe la gestión y para ello debemos ayudarlo a cambiar su visión de la función del Management porque ningún cliente estará dispuesto a pagar un centavo extra por los productos si ese centavo esta destinado a “financiar” ineficiencias en lugar de brindarle un mayor nivel de satisfacción.

El contexto macroeconómico obliga permanentemente a las empresas a replantearse cómo estan trabajando. La falta de liquidez con la que suelen convivir las pequeñas y medianas empresas , la disminución de la demanda de sus productos, la excesiva competencia en sus mercados, la imposibilidad de contar con un nivel de capital de trabajo acorde a la necesidad del giro comercial, la caída en los índices de rotación de las carteras, las tasas de interés que deben abonar para poder financiar la actividad y la presión tributaria, son algunas de las respuestas que esgrime el pequeño y mediano empresario al tener que explicar el por qué no logra los resultados que la empresa necesita para continuar su desarrollo.

En esas mismas razones está la raíz del problema; la empresa se “coloca” a expensas de lo que decidan los demás El hecho de considerarse en un rol de “víctima” permanente hace que siempre la responsabilidad esté puesta fuera de su alcance y que lo único que pueda hacer es tratar de subsistir redoblando esfuerzos para hacer más de lo mismo de la mejor manera posible hasta que todo cambie. Obviamente, hacer más de lo mismo en un contexto radicalmente distinto, nunca va a asegurarle que obtendrá los resultados que alguna vez ha logrado.

No es cuestión de fuerza o de cantidad de esfuerzo, sino de comprender que el contexto no cambiará para la pyme si previamente no cambia ella misma. Albert Einstein nos dijo:

”No podemos pretender cambiar el mundo con las mismas herramientas que hemos usado para generarlo en su forma presente".

Mencionaremos a continuación algunos de los fundamentos para explicar lo que le ha sucedido “González e Hijos” (y a muchos pequeños y medianos empresarios)

- Se vive el día a día. No existe planeamiento ni presupuesto de ningún tipo con lo cual, es imposible preveer cualquier dificultad y cuando ésta ocurre, debe solucionarse a cualquier costo, con el irremediable impacto sobre la salud de la empresa.
- Se confunde lo económico con lo financiero y ante los problemas de caja se suele privilegiar la visión del flujo de fondos sobre la rentabilidad.
- Se privilegia lo urgente sobre lo importante. Nunca se cuenta con el tiempo necesario para realizar los análisis y replanteos que la empresa requiere porque el empresario se encuentra siempre demasiado ocupado.
- Se recurre siempre al voluntarismo como medio de solución de cualquier problema. Parecería que cualquier dificultad puede solucionarse sólo con más horas de trabajo, con más personas ocupadas, con jornadas laborales más largas.
- Se suelen confundir los medios con los fines, por ejemplo, el nivel de facturación es uno de los medios, y sólo uno, para alcanzar la rentabilidad. Pero como hemos mencionado, muchas veces para aumentar la facturación (el medio) resignamos rentabilidad (el fin) vía descuentos, promociones, etc. o damos plazos de cobranza demasiado generosos o directamente le vendemos a clientes de dudosa reputación.
- No se consideran los costos ocultos de mantener un determinado nivel de actividad sin el correspondiente nivel de calidad de gestión. Desde la perspectiva del empresario PYME parecería que las únicas consecuencias de elevar el nivel de actividad sería elevar el nivel de ingresos.
- No hay una visión realista del mercado atendido y de las posibilidades de la empresa para atenderlo competitivamente, con lo cual, muchas veces, con la “sana intención” de venderle a todos los clientes no somos conscientes que no contamos con los recursos necesarios (capital de trabajo) y por lo tanto, lo habitual es que todos los clientes se sientan disconformes y con un nivel de insatisfacción muy alto.
- No se cuenta con el flujo de fondos necesario. No es extraño que encontremos un elevado nivel de inmovilización de activos especialmente en deudores por ventas o en bienes de cambio y como consecuencia comienzan a acumularse saldos en el rubro de cuentas a pagar; pero lo que es peor, comienza a deteriorarse la imagen de la empresa y el riesgo de trabajar con ella.
- Es común que las pequeñas y medianas empresas presenten un notorio desbalance entre las cuentas a cobrar y las cuentas a pagar. No es extraño para una PYME el sentir permanentemente que la fecha de pago siempre es un compromiso cierto y conocido mientras que la fecha de una cobranza es simplemente una posibilidad.

Por supuesto que estos son solamente algunos de los hechos que afectan la vida de las pequeñas y medianas empresas, pero lamentablemente, en la mayoría de los casos son situaciones que no por conocidas, son evitadas. Peor aún no sólo el empresario se ha acostumbrado tanto a ellas que ya no las ve (aún cuando las tiene delante suyo) sino que tampoco las relaciona con el impacto directo que tienen sobre la rentabilidad, ocasionándole sorpresas tan desagradables como la planteada en el comienzo del artículo.

Por lo tanto, la empresa que hasta ahora estaba girando frenéticamente como un trompo recién lanzado, comienza a perder el impulso inicial y corre el riesgo de caer en cualquier momento. La única defensa que intenta el empresario es aumentar el ritmo de giro del negocio pero eso no ataca la raíz del problema, que permanece inalterable. Así como habitualmente decimos que el dirigente de la pyme pasa gran parte de su día apagando incendios en este caso podemos decir que el aumentar el ritmo de giro de la empresa, tiene el mismo efecto que un gran viento sobre un incendio, lo avivará mucho más aún y paradójicamente cuánto más se trabaje, peor estará.

Lamentablemente, para el empresario, este cuadro no se soluciona con dinero (acceso al crédito) y digo, lamentablemente porque el problema es mucho más profundo. Es necesario replantearse drásticamente todo y cuánto la empresa hace y cuestionarlo desde la visión del valor generado para nuestros clientes.

La situación puede comenzar a encauzarse cuando se tome conciencia de lo que realmente está sucediendo, cuando se tome la decisión de “atacar” el órgano inflamado y no sólo se contente con intentar bajar la fiebre que no es más que un reflejo del verdadero mal.

El empresario debe reconocer esta situación y aceptar que debe cambiar su estilo. Cuánto? TODO lo que sea necesario para que la empresa se torne competitiva y eso implica no solamente redefinir su rol dentro de la gestión sino incorporar nuevos modelos mentales, porque como planteara Paul Allaire:

“Para hacer las cosas de manera diferente... hay que verlas de manera diferente”

Únicamente de este modo, dejaremos de preguntarnos “por qué si trabajamos más…. Cada vez estamos peor”.

Por: Juan Carlos Valda - Autor del blog "Grandes Pymes"

miércoles, 9 de junio de 2010

Toma de decisiones, competencia vs. colaboración

En las organizaciones, muchas situaciones de decisión se convierten en asuntos de ganar/perder para cada miembro del equipo. ¿Cómo convertirlas en un problema a resolver en conjunto?

Un líder que piensa las decisiones como un proceso reconoce que, para tomar una decisión estratégica, se requiere seguir metodologías que pueden exigir más esfuerzo inicial, pero son más efectivas en el largo plazo.

Estos líderes escuchan diferentes perspectivas, invierten tiempo en alinear intereses y objetivos, generan curiosidad y procuran que todos los puntos sean analizados por las personas involucradas para que el compromiso con la ejecución sea mayor.

No obstante, no todos los equipos tienen la misma suerte. La diferencia entre aquellos que logran mayor calidad en sus decisiones siguiendo métodos similares reside principalmente en el enfoque que utilizan, y la actitud con la que abordan los problemas y la búsqueda de soluciones.

Competencia vs. colaboración

Los profesores de la Escuela de Negocios de Harvard, Garvin y Roberto, identifican dos enfoques diferentes para los procesos de toma de decisiones. Si bien éstos pueden parecer similares en la superficie (grupos que debaten tratando de elegir un curso de acción basándose en datos y evidencia) el impacto de cada uno en los resultados puede ser dramáticamente diferente.

Enfoque competitivo (advocacy approach): Los participantes consideran al proceso de decisión como si fuera una competencia individual, defendiendo posiciones personales y sus propias soluciones.

Los involucrados tienden a presentar únicamente los datos que justifican sus opiniones y perspectivas ya que su objetivo es "ganar", y tratarán de probar que el otro está equivocado o hallar un error en el análisis.

Los conflictos en éste enfoque raramente se resuelven abiertamente y en ocasiones terminan fracturando al grupo. Suele haber "ganadores y perdedores" de la decisión.

Enfoque colaborativo (inquiry approach): Los participantes consideran al proceso de decisión como un trabajo conjunto del equipo, acordando los objetivos y dialogando a partir de intereses en vez de debatir desde posiciones.

Este enfoque promueve conversaciones más enriquecedoras, donde se desafían los supuestos, se analizan todas las opciones, se suman puntos de vista y, finalmente, se siguen aquellas consideradas mejores para la consecución de los objetivos, sin importar quiénes las propusieron.

El enfoque colaborativo tiende a producir decisiones de mayor calidad y con una mayor tasa de implementación. En el proceso se busca que se expongan los puntos de vistas distintos porque podrían enriquecer el análisis.

Ahora bien, quedan claros los beneficios del enfoque colaborativo. Lo que no es tan evidente es cómo lograr que el equipo trabaje con este método. Para avanzar en esta dirección, debemos tener en cuenta los siguientes factores:

El conflicto positivo

Los procesos de toma de decisiones involucran debates y argumentaciones que suelen llevar a conflictos. Estos conflictos, administrados correctamente, podrán traer grandes beneficios, al aportar nuevas perspectivas, información y análisis.

Para entender este punto, empecemos por identificar dos tipos de conflicto: el cognitivo y el afectivo.

El conflicto cognitivo es vital para la efectividad de las decisiones bajo enfoques colaborativos. Es un conflicto que genera debates abiertos sobre los supuestos, la forma de trabajar, de pensar, y de analizar. De estos conflictos suelen surgir grandes ideas.

El conflicto afectivo, por el contrario, se basa en emociones. Suele generar roces personales que ponen en peligro el compromiso con la decisión y la ejecución. Como veremos más abajo, esto es algo que puede evitarse, hasta cierto punto, con la utilización de criterios objetivos para ordenar los debates.

Las empresas más efectivas suelen contar con un facilitador "neutral" para el proceso de toma decisiones. Este rol permite que se tengan en cuenta todas las ideas y perspectivas despersonalizando las propuestas presentadas, destrabando los conflictos y ayudando al equipo a atravesar el proceso de decisión con las herramientas y técnicas de análisis adecuadas al grupo.

Consideración de los puntos de vista

Una vez que todas las alternativas y opciones han sido analizadas, llega el momento de tomar una decisión.

Esta responsabilidad recae, desde luego, sobre el líder. Pero la forma en que fundamente su decisión tendrá un fuerte impacto sobre el compromiso del equipo con la ejecución.

Tras una larga serie de reuniones, puede ser muy frustrante para los miembros del equipo percibir que sus opiniones no fueron tenidas en cuenta y que, en realidad, "la decisión ya estaba tomada antes de comenzar".

Para evitar esto, lo ideal es que el líder comunique a todos los participantes el método de decisión que será utilizado (consenso, democrático, consultivo, por nombrar algunos). De esta forma se evitan falsas expectativas aclarando los distintos roles de cada uno en la decisión.

Tiempos de cierre

El tiempo también es tirano en la toma de decisiones.

Decidir demasiado rápido puede llevar a acciones sin análisis adecuados, con falta de información fundamental, con un entendimiento pobre de la situación o con falta de riqueza en las alternativas.

Decidir demasiado tarde puede llevar a que se cierre la ventana de oportunidad que había desencadenado el proceso de decisión. En muchos casos, la toma de decisiones se demora por no haber acordado inicialmente criterios y objetivos.

Seguir una metodología ordenada para tomar la decisión, con tiempos establecidos para las distintas etapas que se atravesarán ordenará y clarificará los plazos involucrados.

Otros factores que pueden implementarse para promover una cultura de decisión colaborativa en nuestras organizaciones son:

Supuestos: Hay que permitir que todos los involucrados cuestionen las premisas y paradigmas de la situación de decisión. Definir claramente qué cosas son hechos que no pueden ser modificados, y cuáles son los supuestos del equipo que sí pueden desafiarse.

Criterios bien definidos: Alinear objetivos y definir criterios y métricas de evaluación es vital para evitar debatir sobre opiniones personales y focalizarse en debatir sobre lo que realmente agrega valor al negocio.

Disentir y debatir: Debemos procurar que el tipo de preguntas y el nivel de escucha entre los miembros del equipo promuevan un genuino diálogo abierto que no genere competencias.

Percepción de justicia: Una forma de medir la percepción de justicia es chequear la participación, el involucramiento y el grado de alcance de metas intermedias dentro del proceso de decisión. Nadie participa ni se compromete en un proceso de decisión si siente que no es tenido en cuenta.

En definitiva, los productos, los procesos y los servicios pueden ser imitados, en mayor o menor medida por la competencia. Pero lo que ninguna otra empresa podrá hacer es reproducir los diálogos, acuerdos y metodologías que los equipos mantienen hasta llegar a decisiones definitivas que conforman cada producto, proceso y servicio.

Así, estos procesos de decisión efectivamente liderados, pueden convertirse en una gran fortaleza de la organización.

Por: Dolores Paxote - Lic. en Administración de Empresas y en Ciencias Políticas, Universidad del CEMA. Consultora de Tandem, Soluciones de Decisión.

domingo, 6 de junio de 2010

¿"Multiorquestas" o perfiles específicos?: revelan quiénes seducen hoy a las empresas

En el escenario económico actual, los empleadores argentinos ponen el ojo en un tipo de empleado particular, tanto para las posiciones ejecutivas como para aquellas más operativas. Expertos dan a conocer de cuál se trata.

Así como la crisis global puso de moda a los empleados multitareas (conocidos también como multitasking), el repunte de la economía local y un mejor clima de negocios los corrió del centro de la escena. Este año las empresas están dejando de buscar perfiles “multiorquesta” y, en su lugar, muchas prefieren aquellos que poseen conocimientos más específicos.

Aunque desde fines del 2008 y durante todo el 2009, los magros presupuestos destinados a contrataciones obligaron a los empleados a optar por los empleados multifunción, hoy los selectores y reclutadores aseguran que las organizaciones volvieron a poner el ojo en quienes tienen un perfil bien delineado.

Sin embargo, a este tipo de candidatos también se les piden habilidades de las más diversas y, sobre todo, mucha flexibilidad y velocidad de adaptación a los cambios.

Eugenia Besler, directora de Selección de la consultora Adecco, asegura que “en la actualidad la tendencia es a la profesionalización y a la tecnicidad de cada posición.”

”Durante todo el 2009, el multitasking fue el gran protagonista, ya que como los presupuestos eran muy acotados, se buscaban perfiles multifacéticos o polifunciones. Pero las búsquedas que estamos teniendo ahora, ya sea para modalidad temporal o permanente, apuntan a la tecnicidad de la posición y a la especialización del puesto en si”, añade Besler desde Adecco.

Y tras reconocer que si bien algunas Pyme aún contratan este tipo de posiciones, la selectora resalta en que en las multinacionales y en las grandes empresas el cambio de perfil es notorio.

De acuerdo a los expertos consultados por iProfesional.com, los candidatos que en este nuevo contexto más seducen a las compañías son aquellos que, si bien poseen un conocimiento puntual en un área o tarea determinada, no por ello dejan de mostrarse habilidosos y capaces de reconvertirse o de ocupar otros puestos. Todo indica que hoy, la moda, es el “mix”.

En este sentido, Gabriel Schwartz, director de Psicología Laboral Consultores, cuenta que entre los perfiles más requeridos están los técnico-comerciales. “Ingenieros o técnicos, con una actitud volcada al cliente y que cuenten con herramientas para negociar, es una combinación muy solicitada”, dice.

Y señala que mientras las empresas vinculadas a la industria energética o de minería también retomaron la incorporación de recursos profesionales con conocimientos específicos, en áreas más blandas - como las de Recursos Humanos - las necesidades apuntan a perfiles generalistas, "multifunción", con buena capacidad de negociación y experiencia en relaciones laborales.

Según Laura Bitocco, gerente de Reclutamiento y Selección de Grupo Hidalgo & Asociados, a las compañías les interesa incorporar empleados que hoy ocupen una determinada posición pero que tengan un perfil versátil y flexible como para que en el mediano plazo puedan absorber otra tarea o hacer un movimiento lateral dentro de la estructura, dado que las organizaciones son cada vez más planas.

Desde Grupo Hidalgo, donde seleccionan desde posiciones de operarios hasta jefaturas y supervisiones, Bitocco explica que si quiere resultar atractivo, el candidato debe tener las competencias personales y profesionales para ocupar rápidamente una posición diferente y reconvertirse.

Y agrega: “Las empresas buscan contratar jefes que también puedan estar también en las tareas operativas, personas a las que no se les caigan los anillos sino que puedan ocupar diferentes puestos, que si su superior jefe sale de vacaciones pueda suplirlo, pero también si se el que se va es su subordinado.”

Jefes y cadetes a la vez

En esta línea, Gabriela Pipman, Managing Director de la consultora de headhunting y búsquedas ejecutivas Global Finder, afirma que las estructuras con menos posiciones intermedias exigen de los profesionales que puedan ser “el jefe y el cadete a la vez”.

Con esta frase, Pipman apunta que en el caso de los ejecutivos las empresas necesitan a contratar gente que, por ejemplo, tenga habilidades financieras para poder analizar el negocio de manera integral, más allá del área en la que sea experta, y hasta incluso que no tenga inconvenientes en armar y corregir sus propias propuestas, es decir, que no dependa de un asistente.

“Hace algunos años alcanzaba con que un vendedor demuestre habilidades comerciales. Hoy ya no. El profesional tiene que tener fortalezas financieras, manejar idiomas y capacidad para armar su presupuesto, hacer el control de gestión sobre el mismo y un seguimiento de su plan de negocios”, diferencia la headhunter.

Y refuerza: “En la actualidad se buscan perfiles más autosuficientes, con mayor cantidad de habilidades y que puedan tomar desde decisiones estratégicas hasta armar sus propias presentaciones.”

En tanto, el headhunter Claudio Fernaud, director de la consultora Stanton Chase, hace hincapié en que en las búsquedas ejecutivas se buscan habilidades específicas, pero que en otros puestos de menor rango aún existen casos en las que el cliente prefiere incorporar gente “modular”.

“Quizás hoy no necesita una persona que haga tres o cuatro tareas diferentes, pero contratan ese perfil por el temor al futuro. Piensan que si suman a alguien que se muestra flexible, ante un cambio del contexto económico no se mostrará reacio para ocupar otro puesto”, explica Fernaud.

Crece el margen para negociar

Desde Adecco, Besler ve otros dos cambios respecto al 2009. En su opinión, es notoria la mayor rapidez para la toma de decisiones en cuanto a las incorporaciones. “Hoy los tiempos son más lógicos y coherentes”, dice la directora de Selección.

A su vez, la selectora destaca: “Aunque las empresas no están dispuestas a pagar más, este año los márgenes de negociación en cuanto al paquete salarial y los beneficios muestran una mayor flexibilidad en comparación a la existente desde fines del 2008.”

Así, al hacer un hunting, esto les permite a los reclutadores tentar al candidato ya que -según Besler- si a un cliente realmente le interesa, en la actualidad existen grandes posibilidades de llegar a un acuerdo, cuando hace unos meses atrás esto era algo muy rígido.

Por: Cecilia Novoa

Fuente: iProfesional.com

viernes, 4 de junio de 2010

Por qué el jefe es el responsable del clima laboral en las empresas?

Aspectos como la comunicación, la equidad, el trabajo en equipo, los horarios y la capacitación, entre tantos otros, están directamente relacionados con el ambiente de trabajo. Y, cuando éste no es bueno, es el líder de una compañía quien debe mejorarlo. ¿Qué rol de corresponde al área de RRHH?

Cuando puertas adentro de una compañía el clima laboral está lejos de ser óptimo, quien tiene las llaves para destrabar este problema es el jefe o líder de la organización.

Así, a diferencia de lo que creen o piensan muchos empresarios, la responsabilidad de mejorar el ambiente de trabajo no debería recaer en el área de Recursos Humanos.

De acuerdo a lo expuesto por Gloria Cassano, directora de la consultora homónima, en el marco de las XI Jornadas de Actualización en RRHH organizadas por la Universidad del CEMA, aspectos como la comunicación, la equidad, el trabajo en equipo, los horarios y la capacitación, entre tantos otros, están directamente relacionados con clima laboral que se respira en una empresa.

Y cada uno de estos temas es incumbencia del jefe porque, al tener un grupo a cargo, es la primera persona responsable de generar -tanto en su área como en la compañía en general- una atmósfera que sea positiva para el trabajo.

En este contexto -argumentó Cassano durante su presentación- el rol del responsable de RRHH debería ser el de asesorar en forma permanente a los directores, gerentes y jefes sobre las herramientas de gestión y liderazgo, promoviendo la comunicación, la información y el buen trato a las personas que integran la compañía.

“Es necesario volver a poner al área de RRHH en la posición que debe estar, que es la de ser un asesor permanente y una acompañador de todo lo que necesitan los jefes, cuya principal función es liderar a la gente que tienen a cargo y preocupase por su bienestar”, insistió Cassano.

Pero ¿cómo lograrlo desde RRHH? En principio, trabajando en tres instancias:

Una etapa de análisis acerca de quiénes son los líderes, cómo ejercen su liderazgo, qué necesitan para mejorar y cuándo es el momento indicado para llevar adelante el cambio.

Una segunda etapa de elaboración de políticas y procesos. El foco debería estar puesto en sentarse junto a la alta gerencia para definir los perfiles del personal, la política de ingreso, la de salarios y beneficios, como así también una política de retención, de gestión del desempeño y de capacitación y desarrollo.

Por último, una etapa de consenso, es decir, donde se priorice la importancia del acuerdo con los líderes, el rol de RRHH asesorando en forma permanente, y el acercamiento con la gente.

Es que, en definitiva, cuanto mejor trabajen los empleados, mejor se desempeñarán, menos personal necesitará una compañía y mayores resultados tendrá en sus ganancias. Según la experta en RRHH, los directivos deberían darse cuenta de la importancia de esta ecuación ya que así pondrían el tema del clima laboral entre las prioridades de sus agendas.

Sin embargo, alrededor de un 20% de los jefes no aceptan que el clima laboral es responsabilidad de ellos, no se adaptan o no les interesa producir un cambio. “Este tipo de directivos no se hace cargo de sus errores. Y a Recursos Humanos le queda el rol de recomendar a la alta gerencia que esa persona no puede seguir en la posición que ocupa. Tan simple y complicado como eso”, destacó Cassano.

Quienes sí logran hacer un clic, es decir, que se dan cuenta de cómo son las cosas, pueden adaptarse y cambiar en la medida en que desde RRHH les dan las herramientas, los asesoran y los acompañan para poder lograrlo.

"Hay habilidades que se desarrollan. Son, fundamentalmente, aquellas relacionadas con el trato interpersonal y con las emociones. Razón por la cual cuando una persona tiene capacidad de aprendizaje puede llegar a cambiar hábitos tales como la capacidad de escuchar, entender y comprender a las personas o a manejar sus impulsos para evitar reacciones que pueden generar disgusto en los demás", aseguró Cassano.

Y aunque el grueso de las compañías multinacionales dispone de políticas y con frecuencia realizan encuestas para medir el clima de trabajo, no ocurre lo mismo en las empresas de menor envergadura, sobre todo en las Pyme familiares.

Este tipo de organizaciones son las que están más complicadas ya que, muchas veces ni siquiera saben como lograr el cambio o sus líderes se rehúsan a aceptar la necesidad de un trabajo para mejorar el ambiente laboral. Y quizá no reparan en la consecuencia más importante: que, tarde o temprano, se terminarán yendo los mejores empleados.

Por: Cecilia Novoa

Fuente: Iprofesional

jueves, 3 de junio de 2010

Consejos para una Negociación Ganar Ganar Gerencial

Como líderes, el manejo de las habilidades de negociación ganar-ganar pueden llegar a hacer una gran diferencia en el éxito de las negociaciones. De la misma manera, también puede llegar a ser esencial el poder influenciar con compañeros de trabajo y facilitar relaciones constructivas y positivas. Aquí se detallan seis concejos que los empresarios deberían tener en cuenta a la hora de prepararse para una negociación.

1. Saber bien qué es lo que usted quiere. – Es importante que usted como líder vaya a una negociación sabiendo qué es lo que quiere y cuáles son los resultados a los cuáles quiere llegar. Asegúrese de haberle otorgado el tiempo y los pensamientos suficientes en lo que usted desea y por qué lo desea. Recuerde que es importante para usted considerar que es lo que hay en dicha negociación financiera, emocional, intelectual como físicamente. También le ayuda para saber que es lo que no quiere de la negociación, a medida que se va ahondando en la misma.

2. Conocer qué es lo que desea su contraparte. – Su contraparte también tendrá una agenda cuando ingrese en la negociación. Trate de capturar dicha idea para poder entender de ante mano cuál es la conclusión a la cual quiere llegar esta persona en la misma. Comprenda cuál es la resolución tanto financiera, emocional, intelectual como física que esta persona está tratando de obtener de la negociación.

3. Anticipe obstáculos – El proceso de negociación no siempre es fácil. Como directivo, usted tiene que entender que aparecerán ciertas objeciones por parte de su empleado a lo largo del camino. Usted necesita prepararse a sí mismo para ello, haciendo su debida diligencia previa a la negociación. Asegúrese de tener la evidencia necesaria en sus manos con la cual el otro individuo pueda identificarse y relacionarse.
Fuente: Dale Carnegie Training

martes, 1 de junio de 2010

Tips para un buen networking

Herramienta fundamental para todo emprendedor, la generación de redes de contactos no es una ciencia exacta, pero sí un arte que se debe practicar en todo momento. Consejos útiles para estar siempre en actitud de networking positivo:

1) Explore el territorio: Es conveniente llegar a las reuniones con unos 10 minutos de antelación. Servirá para que pueda explorar el terreno, “sentir” el ambiente y tratar de palpar el ecosistema en el que se moverá en unos minutos.

2) Tenga iniciativa: En lugar de esperar “que algo ocurra”, actúe más como anfitrión que como invitado. Tenga iniciativa social. Inicie conversaciones siempre con una sonrisa.

3) Auto preséntese: Cómo si solo dispusiera de un breve lapso de tiempo en un ascensor, en 15 segundos genere su presentación personal. No más de 25 palabras, que provoque en el otro u otros, interés. Hágalo con términos simples y entendibles. Debe incluir su nombre, el de su empresa, el mercado que atiende y como beneficia a sus clientes.

4) Tarjetas Personales: Siempre tenga a mano sus tarjetas personales. Tenga al menos 10 disponibles. Ir a reuniones y no llevar tarjetas es como ir desnudo…

5) Archive las tarjetas personales de sus contactos: Agrúpelas por orden alfabético o bien por tipo de contacto (cliente, proveedor, inversor, etc.)

6) Datos adicionales: En las tarjetas personales que obtenga, anote datos adicionales como ser: donde lo conoció, que temas le interesaron y toda información que le ayude a recordar a la persona y que puede ser de su interés.

7) Concentración: Haga foco en la conversación con una persona a la vez si está en reuniones informales

8) Sepa terminar la conversación: Si encuentra oportuno contactar a otras personas, termine la conversación, intercambie tarjetas y salude amablemente a modo de despedida “transitoria” si todavía no se irá del lugar.

9) Permanencia: Una vez terminado el evento o actividad, permanezca unos 10 o 15 minutos para “hacerse ver” y hacer contactos.

10) Seguimiento: Haga seguimiento vía mail o telefónico rápidamente, de todas las personas que ha contactado. Busque el punto en común y un tema propuesto y concreto para generar una reunión.

11) Lista de contactos: Puede generar una lista con sus contactos para enviarles información de utilidad vía mail, siempre que antes lo haya conversado y autorizado para hacerlo.

12) Recomendaciones: Si ha contactado personas a través de un tercero (sea amigo, allegado o bien otro contacto de negocios), no olvide de agradecer a quien lo ha recomendado o bien facilitado los datos del contacto.

13) Seleccionar donde ir: No disperse sus energías. No se sobre esfuerce asistiendo a todos los eventos, encuentros, etc. ¡El tiempo es finito! Un promedio de 2 eventos semanales donde asistir y generar contactos de negocio es suficiente.

Es importante estar vinculado. De los contactos de negocios más inesperados pueden surgir las oportunidades más inesperadas. También suele ocurrir que luego, y “disipado” el momento distendido en el cuál se generó el contacto, no avance o sus expectativas se vean frustradas, pero no se desanime, ¡así son los negocios!

Fuente: www.emprendedoresnews.com